Cepyme Zaragoza Opinión

SMI racional, equilibrado y negociado en el marco del Diálogo Social

Cepyme Zaragoza

María Jesús Lorente Ocáriz

Presidenta de Cepyme Zaragoza

La reciente subida del salario mínimo interprofesional ha generado un debate intenso en el mundo empresarial, me atrevería a decir que será uno de los temas centrales de este 2024 especialmente entre las pequeñas y medianas empresas y los autónomos.

Si bien esta medida tiene como objetivo mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, también plantea desafíos significativos para las pymes.

En primer lugar, una subida del SMI implica un aumento directo de los costes laborales para las empresas. Para las pymes y los autónomos, que a menudo operan con márgenes de beneficio más estrechos que las grandes compañías, este incremento puede ser especialmente difícil de absorber. Además, las pymes suelen tener menos capacidad para automatizar o externalizar tareas, lo que significa que dependen en gran medida de la mano de obra local. Para que se hagan una idea, esta subida puede suponer la contratación de nuevo personal o no, vistos los costes, mejor esperar.

En este aumento de los costes laborales hay que mirar todas sus aristas pues a menos personal también puede resultar en una disminución de la competitividad, ya que las empresas pueden no ser capaces de mantener o aumentar su producción o servicios.

Además, el aumento del SMI puede afectar a la sostenibilidad de las pymes. Si los costes laborales suben, pero los ingresos no lo hacen al mismo ritmo, las empresas pueden tener dificultades para mantenerse a flote. Esto es especialmente preocupante en sectores con alta competencia, donde las empresas tienen menos capacidad para trasladar estos costes adicionales a los precios de sus productos o servicios.

Pero para ser ecuánime les diré que no todo es negativo, es importante destacar que una subida del SMI también puede tener efectos positivos para las pymes. Un salario más alto puede mejorar la motivación y la productividad de los empleados, lo que a su vez puede beneficiar a la empresa. Además, al aumentar el poder adquisitivo de los trabajadores, se puede estimular la demanda de bienes y servicios, lo que podría beneficiar a las pymes en su conjunto.

En conclusión, aunque la subida del SMI plantea desafíos para las pymes, también ofrece oportunidades. Es crucial que las pymes, los responsables políticos y los sindicatos trabajemos juntos para encontrar soluciones que permitan a las empresas absorber estos costes adicionales sin poner en peligro su competitividad o sostenibilidad. Porque la medida se puede rebatir a mayor o menos escala, pero los datos no. La cifra del Banco de España que asegura que el 29% de las empresas registra pérdidas 4,4 puntos más que antes de la pandemia. Y, si nos centramos en nuestra Comunidad, los datos del INE reflejan que Aragón ha perdido 5.423 empresas en 2023, siendo la gran mayoría de ella microypmes de menos de 5 trabajadores. Los empresarios nunca nos hemos negado a subir el SMI, pero este aumento debe ser racional, equilibrado e, insistimos, negociado en el marco del Diálogo Social.

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