Espacio de salud Opinión

Lo verdaderamente importante

Espacio de salud

Luis Gómez San Martín

DIRECTOR GERENTE HOSPITALES VIAMED EN ARAGÓN


www.viamedmontecanal.com

Si hay algo que nos iguala a todos los seres humanos es el sentimiento de vulnerabilidad cuando nos dicen que estamos enfermos. La quiebra de la salud llega sin avisar, nunca la esperamos, siempre nos interrumpe. En estos días en los que tanto se habla de sanidad en los medios de comunicación y en foros políticos tengo la impresión de que a veces se pierde el foco de lo verdaderamente importante.

El debate se plantea en términos de combate ideológico. Se contraponen argumentos y se retuercen los datos para arrimar el ascua a la sardina de cada cual. Se enumeran problemas y se sueltan al viento presuntas soluciones con la vehemencia, a veces, de quien anima a su equipo de fútbol. Pero estamos hablando de salud, del bien más preciado que tenemos, por eso se echa en falta una discusión sin contaminaciones ni apriorismos, que centre su atención en lo nuclear: el paciente.

Y el paciente lo que necesita es recibir una atención sanitaria de calidad, integral y a tiempo. Las personas que sufren una enfermedad no se fijan en el logotipo de la bata del facultativo que les atiende. Les importa poco el cartel de entrada al hospital. Lo que precisan es que, una vez dentro, se les trate con calidad, confianza y tiempo.

En nuestro país el sistema público siempre ha convivido con una red privada de centros sanitarios que en los últimos años ha crecido de forma imparable por el tensionamiento de la sanidad pública y la generalización de las pólizas privadas de salud. En Aragón, según el último dato publicado por la Unión Española de Aseguradoras y Reaseguradoras, en 2022 se batió el récord de seguros de salud contratados. Más de 300.000 aragoneses disfrutan de un seguro de salud, es prácticamente el 23% de la población y son casi 72.000 más que hace once años.

Tener un seguro privado es algo cada vez más habitual. Se trata de un fenómeno transversal a las capas sociales que trasciende niveles de rentas y estratos ideológicos. Muchos ciudadanos deciden destinar parte de sus ingresos a contar con una cobertura sanitaria adicional a la que ya sostienen con sus impuestos. Y lo hacen con absoluta naturalidad, ajenos a las diatribas excluyentes que muchas veces protagonizan los actores políticos.

Muchos ciudadanos deciden destinar parte de sus ingresos a contar con una cobertura sanitaria adicional a la que ya sostienen con sus impuestos

La sociedad del siglo XXI es híbrida y digital, es móvil y adaptativa, es profundamente tecnológica, pero humana. Vivimos, trabajamos, nos relacionamos en red, sumando conocimientos, construyendo alianzas. ¿Tiene sentido que afrontemos la gestión la salud de manera diferente a como concebimos el resto de nuestra vida? Yo lo tengo claro: no.

Quiero recordar que el sector privado realiza más del 30% de la actividad hospitalaria de nuestro país, lo que permite liberar recursos del sistema público y reducir la presión asistencial. Se estima que el ahorro que la sanidad privada genera al sistema público oscila entre los 5.600 y los 15.600 millones de euros, dependiendo del uso que haga el paciente con seguro privado del sistema público. ¿Son esas cifras positivas para el ciudadano, para el paciente, para la sociedad en su conjunto? Rotundamente sí.

Solo el año pasado, al Hospital Viamed Montecanal, el SALUD derivó más de 500 cirugías y 2000 consultas médicas que permitieron llegar allí donde el sistema público no llegaba. En definitiva: se contribuyó a paliar los problemas sanitarios de centenares de aragoneses. Y así lleva pasando desde que este centro hospitalario abrió sus puertas en el año 2007.

Por eso a mí no me encontrarán en el combate de modelos de gestión, sino en la construcción de alianzas estratégicas entre lo privado y lo público, porque lo importante son las personas. Es ahí donde debería ponerse el foco de la discusión sobre la gestión sanitaria.

Aunque las vísperas electorales no son propicias para establecer debates serenos yo no pierdo la esperanza en poder asistir a ellos en los próximos meses. Cierro estás líneas tomando prestadas las palabras del filósofo Thomas Carlyle, quien en el siglo XIX dijo: “El que tiene salud, tiene esperanza; el que tiene esperanza, lo tiene todo”.

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