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Contra la censura y por la libertad

Tribuna de Cultura

Juan Royo Abenia

@juanroyoyabenia

La adaptación de ‘Fahrenheit 451’ (Víctor Santos, Planeta) rezuma de la estética de los 50 (vestidos de la época y arquitectura brutalista) pero modernizada (tabletas, cascos inalámbricos). Como la genial obra de Ray Bradbury, habla de los seres humanos utilizando la tecnología como alegoría.  

Los personajes afrontan su tiste sino como reflejo de su personalidad: la tristeza de Montag, la alegría de Clarisse, la violencia del capitán Beatty… Cada uno representa una forma geométrica radicalmente distinta trasladando ese contraste emocional a su aspecto físico.

‘1984’ (Jean-Christophe Derrieny Rémi Torregrossa. Traductor: Albert Agut Iglesias, Planeta). George Orwell nos traslada al Londres de 1984. Winston Smith es un empleado del Partido. Se encarga de reescribir la historia, borrando los nombres, monumentos y placas del pasado que no le gustan. En este mundo aterrador tan actual, dominado por la paranoia, los tiranos prohíben cualquier atisbo sentimental. Winston se enamora de la joven Julia. Pero cualquier opinión contraria a la del Gran Hermano, líder omnipotente del gobierno, es castigada con la pena máxima.

‘El mar de las penas’ (Rich Douek y Alex Cormack. Traductor: Víctor Manuel García de Isusi, Planeta). Cabo Flemish, Atlántico Norte, a 350 millas náuticas de San Juan de Terranova. 1926. Es tan solo una cuestión de tiempo que el barco de vapor Vagabundo encuentre un submarino hundido cuyas bodegas están repletas de oro. 

Pero este es un océano muy grande y las tensiones entre la tripulación comienzan a enrarecer el ambiente. ¿Habrá suficiente oro para Jim el alegre, Owney, Madden y hasta para el capitán Harlow? Solo hay que rezar para que el señor Broxley encuentre una señal… antes de que se desate la violencia.

‘Bunny Mask’ (Paul Tobin y Andrea Mutti. Traductor: Víctor Manuel García de Isusi, Planeta). ¿Conoces a alguna Bee Foster? Son esas niñas que llevan semanas sin acudir al colegio. En ocasiones los padres son causa directa del absentismo. Otras veces, hay signos de desórdenes mentales. Pero todo son “un titilante circo de suposiciones”. Cuando hay voces dentro de tu cabeza que te obligan a hacer daño a las personas que tienes a tu alrededor solo hay una posibilidad: seguir cavando y liberar a Máscara de Conejo. Pero ¿con qué siniestro propósito utiliza sus poderes antinaturales? Si quiere salvar su vida —y mantenerse cuerdo— nuestro protagonista tendrá que descubrir qué es lo que hay realmente detrás de la máscara.

‘RONSON’ (César Sebastián, Autsaider). Hace sesenta años la vida no era mejor. No lo era en las ciudades y tampoco en los pueblos. Allí habitaban tipos como Cecilio, huraños, mal encarados y retorcidos de cuya boca jamás salió una palabra amable. Golpeaba sádicamente a las ovejas y también a su hijo. Con respecto a este último todo el pueblo lo sabía, pero nadie lo denunciaba. Se veía como algo desagradable que pertenecía a la intimidad del hogar. ¿Matar a un perro a pedradas o descabezar a un pajarico? ¿Peleas con palos y ladrillos? ¿Abusos sistemáticos a los más débiles? Pasatiempos pueriles hasta la llegada de la adolescencia y descubrir que el deseo sexual era algo oculto, sucio, vergonzante y terrible.

‘La vida de Pedro Saputo’ de Braulio Foz (Plena Inclusión Aragón). Personas con discapacidad de la Almunia de Doña Godina, Huesca y Teruel adaptan al lenguaje sencillo y al cómic las aventuras del intrépido adolescente almudevano que datan de 1844 y recorren lugares, tradiciones y expresiones de la cultura aragonesa. 

El cómic, el talento y la inclusión son una gran combinación.

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