Covid y empresas Opinión

¿El fin está próximo?

Covid y empresas

Profesor Titular de la Facultad de Veterinaria, Universidad de Zaragoza

http://winepi.net/covid19.htm

Disculpen por el título si les ha parecido demasiado catastrofista, pero no me refiero al fin de la civilización humana por culpa de alguna enfermedad pandémica sumamente letal, aunque algunos medios parece que estén deseando retransmitir en primicia el sonido de las trompetas del Apocalipsis a la vista de la amplia difusión que están dando a enfermedades como la viruela del mono, la influenza aviar tipo A(H5N1) o la fiebre hemorrágica de Marburgo, entre otras.

Mi pregunta inicial se refiere al fin de la pandemia, y ya contesté a una pregunta similar (‘¿Cuándo se acabará la Covid-19?’) en mayo de 2022 en la web de AEA.

En aquel momento comenté que, a finales de 2023 o como muy tarde en 2024, debería finalizar la emergencia sanitaria pandémica, y todo apunta a que fui bastante conservador a la vista del bajo nivel de ocupación hospitalaria y el notable descenso de la mortalidad que se han registrado en Aragón en particular, y en España en general.

Es cierto que en los últimos meses SARS-CoV-2 ha golpeado con fuerza a China, pero el impacto más fuerte parece que se ha superado. También estamos expuestos a una sopa de variantes del coronavirus sin que ninguna se esté imponiendo claramente por su mayor transmisibilidad o por una mejor capacidad de evadir la respuesta inmune, ni tampoco destaca ninguna por un incremento de la virulencia. Poco a poco se está dejando de informar sobre los casos totales diarios en casi todos los países del mundo, y en algunos (como España) los criterios de vigilancia epidemiológica han cambiado drásticamente de manera que las incidencias notificadas subestiman notablemente la incidencia real.

Otro de los indicadores de que la Covid-19 ha dejado de ser una de nuestras mayores preocupaciones es que se han ido eliminado progresivamente determinadas medidas preventivas sin impacto sanitario negativo relevante. La más reciente ha sido el fin del uso obligatorio de mascarillas en el transporte público (España ha sido el último país europeo en hacerlo).

 

En estos tres años hemos interiorizado la importancia de la transmisión a través del aire de muchos patógenos, y hemos adaptado nuestras costumbres en mayor o menor medida

Pero lo que más me ha llamado la atención es que la baja ocupación hospitalaria con y por Covid también se ha observado para otras enfermedades respiratorias víricas agudas como la gripe estacional. Ha sido una onda epidémica atípica, que se inició en octubre de 2022 (un par de meses antes de lo habitual) pero que no llegó a despegar y se ha mantenido constante con un nivel muy inferior a lo esperado.

Es cierto que hemos tenido un invierno bastante suave, pero cuando las olas de frío nos han castigado no han tenido apenas repercusión sobre la incidencia de estas enfermedades respiratorias, ni tampoco han influido demasiado las fiestas navideñas, ni la eliminación de restricciones.

Mi opinión es que este buen comportamiento epidemiológico debería ser atribuido en parte a un cambio en nuestra cultura sanitaria. En estos tres años hemos interiorizado la importancia de la transmisión a través del aire de muchos patógenos, y hemos adaptado nuestras costumbres en mayor o menor medida. Cenar en una terraza en pleno enero, evitar espacios cerrados con mucha gente, usar mascarilla cuando presentas síntomas respiratorios… eran algo impensable hace un tiempo y ahora se ven con una cierta normalidad. 

Este cambio de actitud no evita que te puedas infectar, pero reduce la concentración de patógenos a las que estamos expuestos, y no hay que olvidar que la gravedad de muchas enfermedades está directamente correlacionada con la cantidad de agentes patógenos a los que nos exponemos.

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