Opinión RSC

Gobernanza del bien común

Juan José Cubero Marín

Exprofesor titular de la Universidad de Zaragoza

jjcooperm@hotmail.com

Hace algo más de un año que publicamos en esta misma sección de la Actualidad de las Empresas Aragonesas, un artículo titulado “La Economía del Bien Común; pues bien, en este corto espacio de tiempo, se han incorporado una serie de regulaciones para su aplicación en el mundo empresarial, que nos ha hecho cambiar el término Economía , por el de Gobernanza, la buena gobernanza, sí, porque las formas de dirigir las actividades empresariales, ya no son solo, aquellas derivadas de los beneficios, es necesario hacer algo más y eso no es otra cosa que pensar en el bien común.

El Bien Común tiene un ámbito de referencia que empieza por asegurar la subsistencia y desarrollo de la empresa, para después pensar en cómo se puede colaborar con todo lo demás. Llegado a este punto los dirigentes de las empresas deben utilizar el discernimiento para tomar decisiones que no alteren la viabilidad de la organización; esto debo hacer, pero esto otro, no.

Este discernimiento debe realizarse, además, por las Administraciones Públicas, las cuales deben asumir sus responsabilidades ante aquello que es de su incumbencia, por ejemplo, algunos objetivos de la Agenda 2.030, no se les puede pedir a las empresas que se ocupen de implementarlos, deben ser otro tipo de organizaciones, lo que no quiere decir que personalmente no colaboren para conseguir esos objetivos. Es lo que se conoce como “El que hace quien” y esto hay que tenerlo muy claro. A la empresa no se le puede pedir que incremente sus costes y pierda competitividad por asumir funciones que no le corresponden, y si en algún caso esto tiene que ser así, se debería prestar las ayudas correspondientes oficiales, ya que no se trata de aspectos que se solucionan desde el ámbito de los voluntarios.

Evidentemente que las empresas deben tener en cuenta las necesidades de todos sus grupos de interés conocidos como stakeholder, que ahora no son solo  grupos de personas, personal propio, clientes, proveedores, subcontratistas y otros, sino son otros como, la dignidad, la prosperidad, el planeta, la justicia, la igualdad, las alianzas, la salud, la educación, la ética, junto a un largo etcétera.

A nuestro entender, todo lo anterior podría ser asumido por el nuevo concepto Gobernanza del Bien Común, GBC, donde bajo el principio de la integración de todo lo anterior, las regulaciones a las que se ven obligadas a cumplir, se deben identificar en un Manual de Gestión de la GBC, incluyendo solamente aquellas cuestiones que sean relevantes para cada empresa, de una manera asumible y eficiente.

Con este Manual que se propone se podría cambiar el resto de sistemas de gestión, relacionadas con normas y certificaciones, que las empresas a lo largo de los años se han visto obligadas a cumplir por diversas circunstancias, siendo que en muchos casos se repiten las mismas exigencias en ámbitos diferentes. Este cambio serviría, a su vez para simplificar la burocracia que conforme pasa el tiempo, en lugar de ayudar, perjudica a las empresas.

Ahora solo falta hacer caso a Aristóteles cuando decía: “La verdad de la razón práctica es la elección de lo bueno”.

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