Opinión Viajes extraordinarios

Viajar: la cura para el estrés y la ansiedad

Viajes extraordinarios

Javier Lozano Pérez

MARKETING & DISEÑO DE VIAJES Y EVENTOS
@javierlozanozgz www.javierlozano.net

Un estudio de la Universidad de Cornell en Nueva York encontró que las personas que toman vacaciones regulares tienen menos probabilidades de sufrir ansiedad y depresión.

Acabo de leer una noticia sorprendente a la vez que preocupante:

España es el país que más ansiolíticos y tranquilizantes consume del mundo

La noticia me la confirmó un amigo psiquiatra que a la vez me decía que no hay mejor ansiolítico y antidepresivo que hacer un viaje, de hecho, él se lo recomienda a muchos de sus pacientes asegurándoles que es la mejor inversión que pueden hacer para gozar de una buena salud mental.

Esto me recordó el argumento de la maravillosa película ‘Más allá de Rangún’ protagonizada por Patricia Arquette que cuenta la historia de una mujer a la que su psicólogo le recomienda hacer un viaje para superar la muerte de su marido y que durante el viaje su vida adquiere un nuevo sentido.

Desde hace mucho tiempo, los viajes han sido vistos como una forma de escapar de la rutina, de desconectar y relajarse. Propongo, en lugar de buscar solo destinos turísticos populares y concurridos, viajar a encantadoras ciudades pequeñas donde realmente se encuentran los mayores beneficios para la mente y el espíritu.

Hacer frecuentes escapadas a ciudades pequeñas, tranquilas y con encanto que se pueden recorrer a pie puede tener un poder inspirador increíblemente fuerte en nuestras vidas y si las escapadas las hacemos en avión es cuando nos damos cuenta de que los problemas a diez kilómetros de altura suelen venir acompañados de soluciones creativas difíciles de encontrar cuando estamos inmersos en el día a día. 

La creatividad es uno de los aspectos más afectados positivamente por estas escapadas. Al estar en un entorno nuevo y desconocido, nuestro cerebro se ve estimulado y despierta nuestra imaginación. Las calles empedradas, las plazas históricas, los edificios con encanto y las escenas de la vida cotidiana en estas ciudades nos envuelven con su misterio y belleza, desencadenando ideas frescas y originales.

Este tipo de escapadas nos proporcionan una energía renovada que nos impulsa a afrontar la vida de manera positiva. El contacto con la autenticidad y particularidades de estas ciudades pequeñas nos conecta con nuestra esencia humana, recordándonos lo que realmente importa: disfrutar de los pequeños detalles, saborear los momentos de calma y reencontrarnos con nosotros mismos. Esto nos brinda una perspectiva renovada, una mayor claridad mental y una sensación de bienestar general.

La vuelta al trabajo es, sin duda, uno de los mayores desafíos para muchos. Sin embargo, después de una escapada en una ciudad pequeña llena de encanto, nos sentimos revitalizados, listos para enfrentar cualquier reto con ilusión y esperanzas renovadas.

La inspiración que hemos obtenido durante nuestro viaje nos ayuda a ver las posibilidades en las tareas diarias, nos otorga una mente más abierta y un enfoque más creativo. Nuestro entusiasmo se transmite a nuestro trabajo y a las relaciones que tenemos con los demás, creando un ambiente positivo y productivo.

Un viaje corto de dos o tres días puede ser suficiente para desconectar de todo y recargar las pilas. Te permitirá olvidarte de los problemas del día a día y centrarte en disfrutar del momento.

En definitiva, los viajes tienen numerosos beneficios psicológicos, como:

  • Reducir el estrés y la ansiedad.
  • Mejorar el estado de ánimo.
  • Incrementar la creatividad y la productividad.
  • Fomentar el aprendizaje y el crecimiento tanto personal como profesional

Si estás buscando estimular tu creatividad, revitalizar tu mente y enfrentar la vida con una nueva energía, no dudes en escapar, porque como dicen mis amigos colombianos “La vida es un ratico”.

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