Lugares con encanto Opinión

Castellote y Los Templarios

José Ignacio Iguarbe Lázaro

www.ignacioiguarbe.com

“Que la tierra se vaya haciendo camino ante tus pasos, que el viento sople siempre a tus espaldas, que el sol brille cálido sobre tu cara, que la lluvia caiga suavemente sobre tus campos y, hasta tanto volvamos a encontrarnos, que Dios te guarde en la palma de sus manos”.

Castellote está situado dentro de un territorio de compleja orografía, en las estribaciones del sistema Ibérico. Por este motivo la estratégica ubicación de su Castillo, junto a los caminos históricos que unían la Depresión del Ebro con las sierras del Maestrazgo turolense, convirtieron a Castellote en una plaza de sumo interés en la Edad Media.

Su localización fue muy importante para la reconquista, puesto que era tierra de frontera. El rey Pedro II de Aragón entregó Castellote, junto con otras poblaciones a la orden del Temple, donación que fue confirmada por el papa Celestino III. Uno de los documentos más antiguos que se conservan y que hacen referencia a los Templarios de Castellote data de año 1196. En este cartulario, se puede leer una referencia a la ‘mayson’ del Temple y a su primer comendador, Miguel Luna. Los Templarios como fuerza militar y organización religiosa gozaron de muchos privilegios.

Según las crónicas, fue el 13 de enero de 1308, cuando el comendador del castillo, Guillém de Villalba, fue requerido por la Inquisición proclamada contra los Templarios, entendiendo esto como un ultraje. Organizaron la defensa del castillo que se prolongó hasta el día 2 de noviembre, firmando su capitulación en Cariñena. Fue un asedio brutal e infructífero, fue el hambre quien terminó ganando la batalla.

La orden del Temple dejó una singular impronta en estas tierras de las que fueron señores durante todo el S.XIII. De la defensa queda el Torreón construido como torre de vigilancia de apoyo al Castillo. Desde aquí se podían controlar las avanzadillas musulmanas que llegaban por el río Guadalope. Más tarde cuando perdió su función defensiva paso a convertirse en cárcel hasta 1950.

El Torreón es ahora un centro de visitantes donde podemos sumergirnos en el apasionante mundo templario, y conocer mucho mejor el pasado histórico de esta hermosa villa del Maestrazgo turolense.  Como recomendación, no se olviden de callejear, hallarán rincones realmente sorprendentes. Recuerde que la visita más importante está por realizarse aún, falta el Castillo. 

Tome fuerzas, un refrigerio en la Bodega le vendrá muy bien, para iniciar el ascenso y disfrutar de las maravillosas vistas que vamos a contemplar. Una vez hayamos llegado al castillo tendremos respuesta para algunas preguntas, su magnífica ubicación defensiva en la cima de una gran muralla natural, cómo pudieron soportar el asedio durante nueve meses, cómo lo construyeron… hace casi mil años no debió de ser nada fácil.

Los templarios que disfrutaron del beneficio papal y de los reyes de la cristiandad, acabaron masacrados y exterminados inexplicablemente convirtiéndolos en un icono. Sus hazañas reales y ficticias han sido a lo largo del tiempo y siguen siendo  ahora motivo de relatos en libros y películas. Esas historias hacen que ellos, Los Templarios,  sigan entre nosotros.

Artículo incluido en la edición en papel de la revista Actualidad de las Empresas Aragonesas de abril de 2021

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