Opinión RSC

Un mundo complejo

Juan José Cubero Marín

Exprofesor titular de la Universidad de Zaragoza

jjcooperm@hotmail.com

A las empresas se les acumula tantos adelantos tecnológicos, que hace que el “saco” de las ideas  se les llene de conceptos, iniciativas, sistemas de gestión repartidos por todos los sectores empresariales, que con toda seguridad, les generen grandes dudas a la hora de con cual o cuales  quedarse  para aplicar a su empresa. Veamos, a modo de inventario, algunos de ellos.

Si empezamos por la calidad y su gestión, con su conocidísima norma ISO 9.001, entendida como “el grado de satisfacción, al cliente, de un bien o servicio, al mínimo coste, sin incurrir en riesgos ante la salud, los accidentes laborales y preservando el medioambiente; este sistema de gestión se ha aplicado mucho y se sigue aplicando.

A la gestión de la calidad, le siguió el Modelo EFQM, Fundación  Europea para la Gestión de la Calidad, también conocido como el modelo de la Excelencia: En su última versión incluye los siguientes criterios: 1) Propósito, visión y estrategia. 2) Cultura organizacional y liderazgo. 3) Implicar a los grupos de interés. 4) Crear valor sostenible. 5) Gestionar el funcionamiento y la transformación. 6) Percepción de los grupos de interés. 7) Rendimiento estratégico y operativo.

A finales del siglo pasado aparece el concepto de Responsabilidad Social Empresarial o Corporativa, RSE/RSC, como una gestión ética y socialmente responsable, que se preocupa no solo de lo económico, sino de lo social y lo ambiental, que como los sistemas anteriores son, también muy conocidos. En la Comunidad Autónoma de Aragón se aplica con mucho éxito la RSA, Responsabilidad Social de Aragón.

En septiembre de 2.015, la Naciones Unidas aprobaron por unanimidad una resolución bajo el título de Agenda 2.030 u Objetivos de Desarrollo Sostenible con 17 objetivos y 169 metas, presentando, tanto las deficiencias  como la clara pretensión de resolver o al menos  mitigar los problemas que padece nuestro mundo. De una manera más concreta se refiere a “Un camino hacia la dignidad para 2.030”, estructurado en una serie de ámbitos, como son: Las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y las alianzas.

Además de estas iniciativas y sistemas, podemos señalar otras como: El “Compliance” o cumplimiento normativo, los Diez Principios del Pacto Mundial, las Memorias de Sostenibilidad o GRI, Global Reporting Initiative, relacionadas con la información no financiera y la transparencia, la Economía Circular, el Bien Común, junto con bastantes más; con estas son suficientes para lo que pretendemos plantear.

Con todo esto, el empresario se encuentra con tener que decidir qué modelo, iniciativa o sistema debe aplicar en su empresa para que su negocio no solo se mantenga sino que prospere. Esto pasa siempre que hay mucho para elegir. ¿Con que me quedo?

Nuestra apreciación al respecto es que lo más adecuado puede ser como la ensalada “mezclum”, una mezcla de hortalizas de hoja, es decir una mezcla de todo o casi todo lo disponible, en diferentes dosis asumibles por la empresa y que con ello se asegure el éxito responsable y ético, ante todos sus grupos de interés y de la sociedad en general.

No hay que dejarse influir por lo que “más suena”; conociendo bien estas iniciativas será más fácil decidir con acierto; de ello va a depender el fututo de la empresa.

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