Una auténtica experiencia japonesa: disfruta del relajante ritual del agua en un onsen tradicional

Viajar a Japón hoy es una gran oportunidad debido a la baja del yen frente al euro. Esto significa que el nivel de vida en el país nipón es mucho más barato para los turistas que utilicen euros.

¡Es el momento perfecto para disfrutar de una gran experiencia sin preocuparse tanto por el presupuesto!

Para un japonés acudir a los onsen, los baños termales naturales, es una experiencia imprescindible, experiencia que se convierte en única a la vez que inolvidable para un viajero occidental.
Al contrario que los sento, que son baños públicos con agua corriente calentada, los onsen son baños volcánicos geotermales naturales, cuya agua debe contener al menos uno de los 19 elementos químicos designados por el gobierno y tener una temperatura mínima de 25ºC para que puedan ser considerados como onsen.

Para el Sintoísmo, antigua religión originaria del Japón, la purificación del cuerpo y espíritu a través del agua es una práctica ceremonial llena de rituales, y uno de ellos es bañarse desnudo, algo que para algunos occidentales puede resultar embarazoso, pero el pudor se pierde pronto al contemplar la naturalidad que muestran los propios japoneses.

Un onsen es el equivalente japonés a la sauna en los países nórdicos: un lugar donde relajarse y conversar, un lugar ideal para hacer nuevos amigos y descubrir la magnífica y tan diferente forma de pensar y de vivir que tienen los japoneses, así que disfruta cuando un japonés te de conversación.

Cuando acudas a un  onsen lo mejor es fijarte en lo que hacen los demás y hacer lo mismo que ellos, como colocar la pequeña toalla que te dan, no cubriendo tu cuerpo sino encima de la cabeza.

Cuando hablamos de estos balnearios hay que tener en cuenta varias cosas para no ofender a sus dueños y al resto de usuarios, la principal es saber que la finalidad del onsen es la relajación y no la higiene por lo que hay que ducharse a conciencia antes de entrar.

Otra norma que puede resultar chocante para los viajeros occidentales es que en algunos onsen puede darse que si tienes un tatuaje o un piercing no te dejen entrar, por lo que es conveniente, si luces alguna de estas modas el consultar antes de reservar.

Una de las precauciones que hay que tomar después de tomar un baño en un onsen es la de hidratarse pues debido a la temperatura y las propiedades minerales, una sesión de 30 minutos equivale a correr 1.000 metros a toda velocidad. Nada mejor que tomar mucha agua mineral y un té con su correspondiente ceremonia divisando el impresionante monte Fuji para complementar la sensación de total relajación que proporciona el baño geotermal.

En Japón existen más de 25.000 onsen, por lo que, aunque es una tradición casi desconocida para los viajeros extranjeros, es fácil dar con uno que sea auténtico y tradicional.