Cepyme Zaragoza Opinión

12 de mayo, día mundial de las PYMES

Cepyme

María Jesús Lorente Ocáriz

Presidenta de CEPYME

La reedición de la revista ‘El Empresario’ en la sede de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) es un acontecimiento relevante. Más allá de su nombre, que evoca la esencia misma de quienes dan vida a las empresas, esta cabecera merece un análisis profundo.

En un panorama nacional saturado de términos como economía, trabajo o renta, ‘El Empresario’ se distingue. Su enfoque real no es abstracto; es una persona que decide convertir su idea en realidad.

Esta revista nos invita a mirar más allá de las cifras y a reconocer al individuo detrás de cada empresa. La historia de ‘El Empresario’ se entrelaza con la propia historia de CEPYME. Durante más de 45 años, esta cabecera ha sido testigo de los desafíos y logros de los empresarios. Pero también plantea una cuestión implícita: ¿Cómo reivindicar hoy la figura del empresario?

Dignificar al empresario va más allá de palabras. Se trata de otorgarle el protagonismo social que merece. Para ello, debemos recordar los principios fundamentales ligados a la empresa: la libertad para crear, innovar y asumir riesgos, y la seguridad para desarrollar su labor.

Este mes de mayo, el Gobierno de Aragón, a través de la Dirección General de Pymes, ha dado un paso importante. Por primera vez, se ha dedicado una semana a visibilizar a las pymes, dignificar la figura del empresario y conmemorar el Día Mundial de las Pymes. Es un reconocimiento necesario.

Como empresaria, he trabajado un pentálogo de normas que considero esenciales:

Los empresarios y autónomos son los motores de la economía. Crean empleos, generan riqueza y contribuyen al crecimiento económico. Sin ellos, no habría empresas ni progreso.

Los empresarios impulsan la innovación. Son visionarios que identifican oportunidades y crean soluciones. Su creatividad y valentía para asumir riesgos son vitales para el avance de la sociedad.

Los autónomos y pequeños empresarios son ágiles y se adaptan rápidamente a los cambios. Pueden pivotar sus negocios según las circunstancias, lo que es esencial en un mundo en constante transformación.

No debemos olvidar que las pymes y los autónomos son los mayores empleadores a nivel local. Contratan a personas de la comunidad, lo que fortalece los lazos sociales y económicos de una provincia.

Ser empresario o autónomo implica sacrificios. Trabajan largas horas, enfrentan incertidumbre financiera y toman decisiones difíciles. Dignificar su esfuerzo es reconocer su valentía.

En conclusión, ‘El Empresario’ no solo es una revista; es una llamada a valorar y apoyar a quienes dan vida a nuestras empresas. Aprovechémoslo.

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