Espacio de salud Opinión

El rostro humano de los hospitales

Espacio de salud

Luis Gómez San Martín

DIRECTOR GERENTE HOSPITALES VIAMED EN ARAGÓN


www.viamedmontecanal.com

Un hospital es un ecosistema muy delicado, un engranaje preciso en el que todos los que lo formamos hemos de conocer a la perfección cuál ha de ser nuestra contribución para que todo funcione sin problemas. Es en este punto donde encontramos en la tecnología y en la tan necesaria transformación digital un aliado imbatible para que las cosas transcurran como deben.

En esta sociedad de los datos y la información inmediata, tener la posibilidad de conocer mejor a nuestros pacientes nos permite no solo adecuarnos, sino adelantarnos a sus necesidades para conseguir algo básico y fundamental: hacerles la vida más fácil.

Ahora que como ciudadanos del siglo XXI todo lo vivimos como experiencia, el ámbito sanitario no es una excepción. Cuando la vida nos lleva a convertirnos en “pacientes” nos asaltan necesidades, demandas y sentimientos distintos a los que vivimos en otros momentos de nuestra vida. Y el reto de las organizaciones sanitarias es saber interpretarlos para poder satisfacer al máximo esas expectativas y, a la vez, disminuir los “puntos de dolor” que los pacientes se pueden encontrar.

En eso estamos trabajando de manera denodada. Como decía anteriormente con la ayuda de la tecnología, que llega allí adonde no puede llegar el ser humano. Tenemos que aprovechar todas las ventajas que nos brinda el progreso, es indiscutible. Pero debemos hacerlo sin olvidar que son manos humanas las que nos curan y nos cuidan.

Por eso, en este camino interminable de mejorar la experiencia de los pacientes es tan importante el factor humano. Somos personas y somos únicas. También cuando adquirimos la condición de pacientes. Y como únicos queremos que nos traten. Por eso cuando visitamos un centro médico o un hospital, no solo buscamos tratamiento para unos síntomas, sino también atención y comprensión. La humanización sanitaria se trata de recordar que detrás de cada diagnóstico hay una persona con emociones, preocupaciones y necesidades únicas.

Estoy convencido de que más allá de los veloces avances tecnológicos y de la cada vez más especializada formación del personal sanitario, lo que marcará la diferencia en los próximos años será cuán humanizada esté una institución de salud, qué importancia se le da a los pacientes. No hay otra opción más que comprender que cada interacción, desde la recepción hasta la consulta médica, cuenta en la percepción del paciente sobre su atención.

Estoy convencido de que otro apartado esencial será la participación activa del paciente en su propio cuidado. Quienes trabajamos en este sector debemos involucrar a los pacientes en la toma de decisiones, explicar opciones de tratamiento y considerar sus preferencias. Esto no solo empodera al paciente, sino que también mejora los resultados a largo plazo.

La ciudadanía, los pacientes lo tienen claro: nos demandan una atención médica que no solo cure enfermedades, sino que también respalde a las personas en su viaje de salud. Al centrarse en la empatía, la comunicación efectiva y el respeto, los profesionales de la salud pueden contribuir significativamente a la calidad de vida y el bienestar de aquellos a quienes sirven.

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