Opinión RSC

Un año lleno de esperanza

Juan José Cubero Marín

Exprofesor titular de la Universidad de Zaragoza

jjcooperm@hotmail.com

Una vez pasadas las fiestas de Navidad y Reyes nos disponemos a caminar por el año 2.022, lleno de incertidumbres, la política, la economía, el cambio climático, la salud y la pandemia con nuevas variantes, la migración, la justicia y la seguridad ciudadana, la pérdida de valores humanos, el empleo, el aumento del coste de la vida, la violencia de género, la corrupción y algunas más.

Con este panorama, lo de “próspero año nuevo”, está muy alejado de lo que nos espera, pero esto no significa que estemos en un proceso de desesperación grave; todos esos problemas tienen solución y el futuro se puede entender como algo esperanzador. Si, como se suele decir, “la esperanza es lo último que se pierde” y esto es posible.

Hoy se dispone de innovadores sistemas de gestión y tecnologías muy avanzadas, que no sin esfuerzo, nos pueden llevar a situaciones más positivas. Cabe citar la Responsabilidad Social Corporativa que trabaja en lo económico, en lo social y en lo ambiental; los ODS o Agenda 2.030 que  con sus 17 objetivos, propone metas para solucionar los problemas citados anteriormente; incluso los sistemas de gestión de la calidad que pretenden siempre la tan deseada mejora continua.

También es importante que las empresas y todos en general, asumamos que todo lo que se haga, se apoye en las alianzas; hay que contar con todos los grupos de interés y que cada uno aporte sus soluciones a los diferentes problemas  y los comparta con los demás. Para conseguirlo se necesitan fuertes “dosis” de transparencia; es la única manera de no caer en la desconfianza ante los diferentes entes económicos, políticos, etc.; además conociendo como están las cosas, así, es más fácil la toma de decisiones eficientes.

No esperemos que los problemas se solucionen solos; con esta actitud se consigue que  cada vez sean más graves y difíciles de  solucionar. Hay que imitar a la medalla del amor, “Hoy lo hacemos mejor que ayer, pero peor que mañana”.

Tenemos que considerar que trabajando inteligentemente, tendremos la certidumbre de asegurar que los problemas los vamos a solucionar; el derrotismo no nos  lleva a ninguna parte, salvo al fracaso. Hay que evitar que la falta a la verdad y la mediocridad, se adueñen de nuestras vidas.

Y para terminar , señalar que en el libro Ética a Nicómaco, escrito alrededor del año 330 antes de Jesucristo, Aristóteles ya nos decía que “Ante las incertidumbres solo los ingenuos y los desprevenidos piensan que estos problemas les son ajenos”. Esto ha cambiado poco en más de 2.300 años, como se puede ver y parece que estamos empeñados en no aprender de las situaciones vividas, aunque nunca es tarde para avanzar en el conocimiento de las cosas.

A todos los lectores de la Actualidad de las Empresas Aragonesas, les deseo un feliz año 2.022.

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