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‘Solo nos queda saltar’ o de cómo In Materia lo tiene todo para triunfar

Laura Latorre Molins

Llevan una década sobre los escenarios y eso es algo que se nota, tanto en sus trabajos de estudio como en su impecable puesta en escena. En los últimos años se han centrado en trabajar su sonido y cuidar las letras, siempre en esa eterna búsqueda que les caracteriza. Su último trabajo, ‘Infinito tripular’, a pesar de haberse publicado al comienzo de la pandemia, ha tenido una gran acogida en Aragón y les está abriendo puertas a nivel nacional. Guitarras potentes, letras evocadoras, un sonido electrónico cautivador, actitud y un directo brutal: ellos son In Materia.

Entras en una sala de conciertos, en el Auditorio o en un bar. Te sientas en una butaca o te apoyas en la barra con una cerveza en la mano y esperas a que el grupo salga al escenario. Hasta que eso suceda charlas con el amigo con el que has venido, envías un par de mensajes, te limpias las gafas.

 Dejas que tu mirada vaya de aquí a allá y se pose en vasos llenos y botellas vacías, en las sonrisas de quienes esperan con ilusión, en las guitarras que aguardan pacientemente apoyadas en el escenario. Quizá busques la salida de emergencia o un perchero donde dejar tu abrigo. Permites que tu mente salte de un pensamiento a otro hasta que las luces menguan y el grupo sale al escenario. Alguien en las primeras filas inicia un tímido aplauso al que te unes tú sin saber por qué, ya que no conoces al grupo y todavía no has tenido ocasión de escucharlo. Estás ahí casi por casualidad.

Los cuatro miembros se colocan en sus posiciones y antes de que te des cuenta, comienzan a sonar los primeros acordes, la guitarra se une al bajo y a la batería, arropando a una voz que sientes que brota de tu propio pecho, melódica y suave, desgarradora y dulce. Todo ello bajo un juego de luces espectacular y sugestivo. 

De pronto, te ves inmerso en una atmósfera que hace unos instantes no existía. Transitas por diferentes estados de ánimo en las siguientes horas, sigues el ritmo de algunos temas con el pie y cierras los ojos para dejar que la música penetre mejor en ti, varias frases hacen que se te humedezcan los ojos. Te encuentras a ti mismo saltando, entregado, al final del concierto, con una canción que invita a hacerlo y te dejas llevar por una euforia colectiva.

Algo así es lo que te sucede la primera vez que te dejas caer por un concierto de In Materia. Comprendes el significado de punto de inflexión, de no quedarte indiferente, entiendes que este no es un grupo más al que has ido a ver a falta de un plan mejor y que olvidarás en pocas semanas. Lo primero que haces es buscarlos en redes sociales, seguirlos, enterarte de las siguientes fechas de conciertos y los incorporas a la banda sonora habitual de tu día a día.

Una década de trabajo

La banda In Materia se formó en 2010 y está formada por Óscar Gómez (voz y guitarra), Fernando Muñoz (guitarra, sintetizadores, samplers y coros), Ángel Del Castillo (bajo) y Javier Mateo (batería, samplers y coros).

Irrumpieron en la escena musical con su trabajo debut ‘In Materia’ que fue nominado como mejor disco autoeditado en los Premios de la Música Aragonesa de 2012 y galardonado con el Premio Aragón Musical Radio a la mejor canción por el tema ‘Raro’. 

Su segundo trabajo fue ‘Navegando al cuadrado’ (2014) que entró en la lista de los mejores discos del año elaborado por Mondosonoro Aragón y gracias al cual la banda recibió el Premio a la Mejor Producción en los Premios de la Música Aragonesa de 2015.

Su tercer trabajo y el más ambicioso hasta la fecha es ‘Infinito tripular’ que se publicó a principios de 2020. En 2019 lanzaron un adelanto, ‘Nunca más de dos’, un tema que fue muy bien acogido ya que fue seleccionado por Mondosonoro Aragón entre los 15 mejores trabajos aragoneses del 2019 y por Heraldo de Aragón entre las 10 entregas más destacadas del año.

Aunque admiten que ya no suele ser común, “quisimos sacar un trabajo largo, con ocho temas, para tener un álbum con una entidad más grande”, explica Óscar Gómez. Añade que tras la publicación de ‘Infinito tripular’ han “notado un cambio, mayor reconocimiento a nivel local y cierto feeling a nivel nacional”.

Si bien el álbum tuvo una gran acogida (fue el tercer disco más votado de la comunidad en la lista que cada año realiza Aragón Músical) es cierto que también apareció al comienzo de la pandemia, lo cual truncó algunos de los planes del grupo: tuvieron que cancelar eventos y proyectos, aunque aprovecharon el tiempo para trabajar en videoclips y en su sonido. 

También bucearon en la electrónica, “algo que se verá más adelante”, explica Gómez, pues están trabajando en nuevas canciones actualmente. Sus proyectos más inmediatos son preparar una gira nacional y la grabación del videoclip de ‘Bicivoladores’, uno de los temas de su último álbum y que funciona de lujo como broche final en los directos.

“Poco a poco nos vamos acercando a nuestro ideal, nos gusta lo que hacemos, pero ‘Infinito tripular’ viene un poco de la idea de la eterna búsqueda y es que somos de intentar encontrar al final ese lenguaje y ese punto en el que nos sentimos contentos, cómodos”, explica Gómez.

¿Cómo serán esas próximas canciones? “Mantendremos guitarras, pero es verdad que habrá espacios para sonidos más sintéticos, habrá fluctuaciones y buscaremos conectar, por ejemplo, lo electrónico con una guitarra eléctrica con un sonido más analógico”, expone Fernando Muñoz. 

Gómez añade que “las canciones nuevas están cogiendo peso, pero ahora falta tocarlas, exponerlas al público porque se sienten de otra manera y darles una vuelta”, pero admite que están “dispuestos a arriesgar”. Apuntan a que, quizá, algo de lo más arriesgado que han hecho hasta ahora ha sido sacar varias canciones con estribillo en ‘Infinito tripular’. “Fue una evolución inversa: de buscar la complejidad a acabar buscando una canción redonda”, apunta Muñoz. El guitarrista del grupo también admite que el hecho de “no ser excesivamente conocidos” les otorga la libertad de experimentar, de probar cosas nuevas, sin presión.

Un show potente y letras profundas

Parte del mérito de ese cuidado y potente show en directo es del técnico de sonido José Manuel Glaría y del impecable trabajo de iluminación David Galvez. Y es que, “nos gusta cuidar el show”, admite Gómez. “Con la emotividad que tienen algunos temas, vas cambiando por diferentes recorridos emocionales gracias a ese juego de luces”, opina Muñoz.

A pesar de llevar más de una década sobre los escenarios como In Materia (además de haber tenido diferentes proyectos anteriormente), ha sido en los últimos cuatro años cuando han comenzado a “trabajar en serio”. “Hemos tenido la suerte de rodearnos de gente que nos ha enfocado y nos ha ayudado y nos entusiasma trabajar”, explica Gómez. También trabajan cada vez más las letras, siempre llenas de significado, algunas luminosas y esperanzadoras y otras más bien oscuras.

A veces toda la rutina, el día a día, todos los momentos grises de la semana se olvidan con ese fogonazo, la chispa de magia que surge al rodearte de gente saltando y cantando ‘Bicivoladores’ al final de un concierto de In Materia con quienes coreas: “solo nos queda saltar, es inevitable y yo prometo que no te arrepentirás. Es inevitable, vivir en el huracán. Que todos se aparten, volamos sin frenos y no vamos a parar”.

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