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Alberto París Cester (Syder): «Basamos nuestra actividad en la cercanía al cliente, en la transparencia en la factura y en un precio competitivo»

Alberto París Cester

Administrador Único de Syder

Nacido en 1958 en Zaragoza, Alberto París Cester estudió bachiller y COU en el colegio de los padres Salesianos de Zaragoza. En 1982 acaba la carrera de Ingeniería de Caminos en la universidad politécnica de Madrid y a partir de ahí comienza una carrera profesional que le llevó a constituir Syder Comercializadora Verde en 2010.

¿Podría hablarnos brevemente de su trayectoria empresarial?

Mi vida profesional comienza en el País Vasco como ayudante de jefe obra. Con posterioridad asumí el encargo de diferentes obras en Vitoria, Logroño y el área del Gran Bilbao, hasta que en 1991 fui nombrado delegado de Huarte para Aragón, Navarra y La Rioja. 

Con la suspensión de pagos de Huarte en 1996 me incorporo en el equipo de Agromán, entonces perteneciente al grupo de Ferrovial, como delegado del País Vasco, Navarra, La Rioja y Cantabria. Con la fusión de Ferrovial y Agromán salgo de los grandes grupos constructores e inicio mi trayectoria empresarial hacia el año 1998. En el año 2005 me traslada a Zaragoza con la familia, donde he realizado mi trabajo desde entonces.

La actividad la desarrollo en el sector de la construcción donde participo en diferentes obras en Aragón y La Rioja hasta la crisis de 2008 donde cambio la actividad principal en el sector de la construcción por el de las energías renovables continuando un proyecto que comencé junto con otros socios en el año 2005. 

Era una idea pionera consistente en la compra de generadores de segunda mano con el fin de destinarlos, una vez reparados, al tejido de la industria aragonesa. En aquel momento pocos habían oído hablar de la energía distribuida o del autoconsumo lo que hace que el proyecto fracase. 

Como continuación de este proyecto constituyo la empresa Syder Comercializadora Verde en el año 2010 y con la incorporación de un gran equipo humano hacia el año 2014 se produce un crecimiento estable y sólido hasta la actualidad, donde Syder es la compañía eléctrica con sede en Aragón que más energía comercializa. En Syder desarrollo el cargo de Administrador Único.

¿En qué consiste la comercialización eléctrica?

En esta actividad hay mucha confusión y los clientes no tienen claro cuáles son las funciones de la comercializadora. El mercado eléctrico consiste en la compraventa de energía cuya unidad de medida es el kilowatio hora (kwh). Se usa también el megawatio hora o el gigawatio hora, según se multiplique por 1.000 o por 1.000.000 el kwh. 

Los grandes actores de ese mercado son las empresas propietarias de plantas de generación, renovable o no renovable, las empresas dueñas de las redes de transporte y de distribución, es por donde transcurren a 300.000 km/sg los kw, las comercializadoras, los consumidores directos al mercado de la energía y los organismos reguladores y de control como son la CNMC, el ministerio de industria y por supuesto los órganos de recaudación. 

Las comercializadoras pactan un precio con su cliente y lo plasman en la factura eléctrica que periódicamente emiten, donde se incluyen además del coste de la energía todos los demás costes regulados. La facturación se efectúa una vez realizado el consumo sobre la base de los registros que marcan los contadores eléctricos. 

Las comercializadoras no tienen ninguna responsabilidad sobre la medida, ni sobre la calidad de la energía que llega al consumidor ni lo es tampoco de la mayor parte de los costes que se incluyen en la factura eléctrica. Esa responsabilidad recae en las distribuidoras. 

Las comercializadoras deben manejar la información de miles de clientes, pagar por adelantado todos los costes regulados, pagar la energía, prever todos los impuestos y desvíos de energía que hay entre lo comprado por previsión y lo que sus clientes realmente consuman y posteriormente después de haber soportado todos los costes plasmarlo en una factura que traslada al cliente con un módico beneficio por cada Mwh vendido. 

En cada cliente, en general, la comercializadora gana poco o pierde poco. El lógico beneficio está en la masa total de clientes que tenga en su cartera, que cada uno de ellos aporta un pequeño margen bruto a la compañía.

En el precio tan elevado del mercado están influyendo en este momento un aumento importante de la demanda de energía y del aumento de los precios del CO2 y del gas que están en rangos de máximos. Esta situación se produce como consecuencia del gran aumento del PIB mundial

En esta subida de precios de la energía tan exagerada, ¿qué parte de responsabilidad tienen las comercializadoras?

Antes de contestar hay que explicar que, de los costes que intervienen en una factura, más de la mitad son costes regulados e impuestos. La comercializadora solo actúa en la parte del mercado eléctrico que, en su mayoría, se negocia diariamente en OMIE (Operador del Mercado Ibérico de la Energía). 

Así pues, las comercializadoras solo pueden mejorar su precio en el treinta o cuarenta por ciento restante donde, a su vez, la parte que tienen que pagar por la compra está en torno al noventa por ciento de ese treinta o cuarenta. 

El margen de las comercializadoras es muy bajo por cada Mwh que comercializan y es ahí donde estas podrían influir en el precio. Por lo tanto, son el precio negociado en el mercado diario y la nueva regulación los que provocan que estemos en unos valores de máximos históricos.

En el precio tan elevado del mercado están influyendo en este momento un aumento importante de la demanda de energía y del aumento de los precios del CO2 y del gas que están en rangos de máximos. Esta situación se produce como consecuencia del gran aumento del PIB mundial. 

¿Cuál es entonces el criterio para elegir la comercializadora eléctrica?

No es fácil la decisión. Generalmente los clientes confían en consultores o canales que les indican en cada renovación cual es la mejor compañía. Suelen basarse en criterios de precio, pero como hemos visto antes, el precio no debería ser el único criterio de decisión, porque el margen de maniobra es muy pequeño. 

Muchas veces el cliente contrata creyendo que contrata más barato. Que lo sea o no, es difícil de demostrar puesto que el contrato, a lo largo de todo un año, puede tener cambios en la actividad del cliente y en su consumo o en la regulación, como pasa ahora. Esto dificulta mucho la comparación entre lo esperado y lo real.

Nosotros basamos nuestra actividad en la cercanía al cliente, en la transparencia en la factura y en un precio competitivo. Lo que queremos con nuestro contrato de suministro es crear una alianza con nuestro cliente, basada en la honestidad, la claridad y en el servicio muy ágil de atención.

Así pues, como criterios generales se debe elegir una comercializadora que sólo venda el servicio de la energía, sin “servicios Premium” que son innecesarios, que no se enmascare el precio por contratar a la vez otros suministros como el gas, la telecomunicación, seguros etc., que ahora está muy de moda, y que sea una comercializadora de larga trayectoria y que no haya tenido conflictos con la CNMC ni sanciones firmes de ningún tipo.

Y si el cliente está sensibilizado por el medio ambiente, solicitar energía con garantía de origen renovable.

¿Quiénes son sus clientes tipo?

Nuestro cliente más frecuente son las pymes y la industria. También las administraciones públicas. El cliente doméstico creemos que tiene un recurso de contratación que es el PVPC (precio voluntario del pequeño consumidor) y éste sólo lo pueden prestar las comercializadoras de referencia (COR) que son las grandes compañías eléctricas de todos conocidas. 

Es una tarifa regulada por el estado para proteger al consumidor doméstico y que generalmente estas comercializadoras de referencia no ofrecen. Muchos consumidores desconocen que exista esta tarifa. Tenemos también en Syder clientes domésticos, pero constituyen una pequeña parte de nuestra cartera. Clientes importantes son la Fundación Rey Ardid, las Cortes de Aragón, ayuntamientos importantes, los grupos Zoilo Ríos, Carreras, Cotrali, o Eboca entre otros. 

Queremos tener más presencia en Aragón pues, aunque seamos la compañía aragonesa de más tamaño, sólo el 15% son clientes con sede en esta autonomía. El resto se sitúa a lo largo de toda la España peninsular.

¿Cuántos tipos de contrato existen?

Tantos como clientes. Depende de las condiciones que se pacten entre los dos. Pero se pueden distinguir dos bloques diferenciados: a precio fijo o a precio variable. En el contrato de precio fijo la comercializadora estima un coste de la energía para un año completo, le suma los costes regulados impuestos y desvíos y propone la oferta a precio fijo a su cliente. En el contrato variable, se contrata una fórmula por la que en cada factura se incorporan todos los costes reales, tanto regulados como los variables que, hora a hora a lo largo del mes, se negocia en el mercado de la energía y se le suma un pequeño incremento por los costes de gestión y beneficio de la comercializadora. 

En el primer caso, el riesgo del mercado lo asume la comercializadora, lleva permanencia de un año y tiene una gran componente especulativa: si el mercado baja respecto de lo previsto por la comercializadora esta gana mucho y si sube puede arruinarse por lo que a menudo denuncian el contrato, dejan al cliente o suben los precios. 

En el segundo caso el cliente paga los costes reales: si sube el precio de la energía paga más y si baja recibe todos los beneficios de la bajada. En el fondo todos están sujetos al mercado, pero en el caso del contrato variable o indexado al mercado, es más transparente y la comercializadora obtiene menos rentabilidad dado que no tiene componente especulativa. 

Esto es precisamente lo que busca el estado con el PVPC. Quiere proteger al consumidor con un precio variable que traslada los costes reales a la factura.

¿Si la comercializadora quiebra, pueden quedarse sus clientes sin luz?

Rotundamente no. El sistema tiene un mecanismo de protección al cliente que le permite el cambio de comercializador. La comercializadora tiene la potestad de cortar si el cliente no paga. Sólo lo puede hacer si el cliente no es un cliente esencial o tenga algún tipo de protección. En el resto de los casos, como en cualquier actividad, si no pagas no hay suministro.

¿Cuáles son los pilares fundamentales que sustentan la actividad de Syder? ¿En qué se diferencia de otras?

Syder tiene diferencias respecto de otras comercializadoras que le permiten continuar con la actividad con un crecimiento moderado, sólido y continuado en el tiempo. En lo relativo a la atención al cliente procuramos resolver cualquier complicación de la factura que generalmente viene provocado por el envío erróneo de la distribuidora que es la responsable de la medida. 

Por eso comentaba antes que la relación con los clientes debe ser una alianza que nos proteja conjuntamente del sistema tan complicado que tenemos. No somos especuladores y estamos convencidos de que el mejor contrato para nuestros clientes es el contrato variable por el que trasladamos los costes reales al que le cargamos unos gastos muy competitivos de gestión. 

Esto es así porque todos los sistemas informáticos son propios y nos permite una gran eficiencia del equipo humano. Esta es la base fundamental que da valor a Syder. Sin este grandísimo equipo tan comprometido y responsable, sería imposible responder de la forma que Syder lo hace. En Syder queremos que la gente trabaje a gusto, convencida y que pueda conciliar lo mejor posible su vida familiar. 

El medio ambiente y la responsabilidad social son claves a nuestro modo de entender esta actividad. Hace más de seis años que estamos catalogados en la CNMC como comercializadora 100 % de origen renovable. Puede haber comercializadoras iguales, mejores es difícil.

Se debe elegir una comercializadora que sólo venda el servicio de la energía, sin “servicios Premium” que son innecesarios, que no se enmascare el precio por contratar a la vez otros suministros como el gas, la telecomunicación, seguros etc., que ahora está muy de moda, y que sea una comercializadora de larga trayectoria y que no haya tenido conflictos con la CNMC ni sanciones firmes de ningún tipo.

¿Cuál será la evolución del sector de la energía? ¿El precio de la energía se mantendrá así por mucho tiempo?

Estamos en un momento a escala mundial con cambios vertiginosos en gran parte provocados por el problema medioambiental. En esa evolución está por supuesto todo el sector de la energía. La carrera por el desuso de los combustibles fósiles ha empezado y la energía eléctrica será más demandada.  

En España la transformación es evidente y están desarrollándose con fuerza las plantas de energía eléctrica renovable, el uso del hidrógeno, nuevas formas de generación y de almacenamiento que hoy son experimentales y otras alternativas que harán posible la descarbonización. 

El precio, aunque la demanda aumente por la mayor electrificación del mercado, debido al gran auge de las tecnologías renovables, se moderará a precios razonables en el entorno de los 40 €/Mwh.

¿Cómo ve la situación de Aragón en general y en el sector de la energía?

En Aragón tenemos un tejido empresarial potente con recursos imaginativos fabulosos y muy emprendedor. Esto ha hecho que estemos en un grandísimo momento. Posiblemente porque nos ha tocado competir con regiones como Cataluña, País Vasco o Navarra que han tenido circunstancias más favorables como consecuencia de una desigual regulación o de una gran capacidad de influencia en Madrid. Creo que es la hora de Aragón. 

La posición geográfica por fin ya se está reconociendo a escala mundial. Los esfuerzos de todos los gobiernos a lo largo de muchos años están dando sus frutos con la implantación de grandes grupos industriales y logísticos. En el sector de la energía tenemos grandes empresas que con su visión anticipada han creado un gran valor en todo el territorio aragonés. 

Tenemos superficie, viento y agua suficientes para ser el referente de la energía renovable. Ciertamente se generan desajustes en el territorio que habrá que tratar de la manera más justa. Las compensaciones que pueden darse al territorio son enormes lo que permitirá fijar población y mejorará el nivel de vida. Los ayuntamientos que tengan la suerte de contar con plantas de generación eólica o fotovoltaica van a tener grandes recursos presupuestarios para compensar de sobra los perjuicios que sin duda se van a generar.

No quiero dejar de mencionar el autoconsumo ni la eficiencia energética. Quién tiene un tejado tiene un tesoro. Sobre todo, en la industria y en los edificios públicos donde es, sin duda, muy rentable. La nueva regulación y unos precios altos de la energía hacen que la amortización de la inversión en plantas de autoconsumo sea más rápida y represente una oportunidad. 

Y desde luego, cuanta menos energía consuma una industria o un individuo, menor es el gasto y más sostenible es el sistema. Incidir en los procesos de consumo, en la instalación de aparatos eficientes y en una arquitectura con poca demanda de energía, mejora el coste. Quizá la primera fuente de energía sea, en la actualidad, la eficiencia en el consumo.

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