Silvia Plaza: “Emprender es una forma extraordinaria de aprender, crecer y generar impacto”
Silvia Plaza
Presidenta honorífica de AJE y directora de Asociación para el Progreso de la Dirección en Aragón (APD)
Tras casi cuatro años al frente de AJE Zaragoza, su expresidenta valora una etapa marcada por la escucha, la colaboración y el impulso al talento joven. Asume ahora el rol de presidenta honorífica con el objetivo de seguir aportando desde la experiencia y la visión estratégica. Comprometida con el desarrollo del ecosistema emprendedor aragonés, apuesta por el liderazgo humano, las redes colaborativas y el valor de lo colectivo.
Ha sido durante años una figura clave en AJE Zaragoza. ¿Qué balance hace de su etapa como presidenta y qué aprendizajes se lleva?
Mi etapa como presidenta de AJE Zaragoza ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida profesional. Durante esos casi cuatro años, acompañamos a decenas de emprendedores en el desarrollo de sus ideas, les ofrecimos espacios de formación, mentoría y, sobre todo, una comunidad donde sentirse comprendidos. A nivel personal, aprendí a liderar desde la escucha y la empatía, a entender los verdaderos retos que enfrentan quienes deciden emprender en nuestro entorno y a valorar el poder de las redes colaborativas. Me llevo también el orgullo de haber contribuido a posicionar AJE como un referente en el ecosistema emprendedor aragonés.
Ahora asume un nuevo rol como presidenta honorífica de AJE. ¿Cómo entiendes este papel y qué aportación esperas seguir haciendo a la asociación desde esta posición?
Lo asumo con ilusión y sentido de la responsabilidad. Ser presidenta honorífica es un reconocimiento que me honra, también una oportunidad para seguir aportando desde la experiencia. Mi objetivo es estar disponible como referente y apoyo para la nueva presidencia y para la asociación en general, aportando visión estratégica, conexiones y perspectiva. Sigo creyendo firmemente en la misión de AJE, y mi compromiso continúa, aunque desde una posición más discreta.
¿Qué papel juega AJE para los jóvenes emprendedores?
AJE es mucho más que una asociación: es una red de apoyo, una escuela de vida y un espacio donde los emprendedores pueden encontrar respuestas, contactos y confianza. En los inicios, emprender puede ser muy solitario y complejo. AJE aporta orientación, formación, visibilidad y, sobre todo, comunidad. Generamos un entorno en el que los jóvenes empresarios pueden compartir retos, aprender juntos y generar sinergias. Y eso tiene un impacto real en la consolidación de sus proyectos.
En su trayectoria ha combinado el liderazgo institucional con su experiencia como abogada y empresaria. ¿Cómo se complementan esas facetas en su día a día?
Lo hacen de forma natural. Ser abogada me da una base técnica y analítica muy sólida, que me ayuda a tomar decisiones con rigor. Mi faceta empresarial me conecta con la realidad del mercado, los riesgos y las oportunidades. Y el liderazgo institucional me permite canalizar esas experiencias individuales hacia un propósito colectivo. Para mí, la clave está en mantener la coherencia entre lo que pienso, digo y hago, en cada uno de estos ámbitos.
Actualmente forma parte de la Junta Directiva de APD en Aragón. ¿Qué objetivos se marca dentro de esta entidad y cómo cree que puede contribuir al tejido empresarial aragonés?
APD es una organización con un nivel muy alto de interlocución, que trabaja con los líderes que toman decisiones estratégicas en las empresas. Mi papel dentro de la Junta Directiva se centra en identificar los retos que enfrentan esos directivos y en proponer espacios de reflexión, formación y conexión que les ayuden a afrontarlos. Creo que puedo aportar una mirada integradora, que conecte generaciones, sectores y territorios, y que fomente una visión de empresa comprometida con el desarrollo de Aragón y de España, ya que es una asociación nacional con delegaciones en diversas comunidades.
¿Qué retos cree que deben afrontar las asociaciones empresariales hoy para seguir siendo útiles y representativas para sus asociados?
El principal reto es la relevancia. Vivimos en una era de hiperconexión digital, con un acceso casi ilimitado a información y contactos. Para que las asociaciones empresariales sigamos siendo útiles, debemos ofrecer un valor diferencial: espacios de confianza, relaciones auténticas, contenidos personalizados y un acompañamiento real en los desafíos profesionales. También debemos ser más ágiles, más colaborativas y diversas, capaces de adaptarnos al ritmo vertiginoso de cambio en el mundo empresarial.
Desde su perspectiva, ¿cuáles son las principales fortalezas del ecosistema emprendedor aragonés? ¿Y qué barreras siguen existiendo para quienes quieren emprender aquí?
Tenemos una generación de emprendedores con talento, compromiso y vocación de impacto. Además, contamos con instituciones cada vez más implicadas en el impulso del emprendimiento y una red de entidades de apoyo muy activa. Pero todavía existen barreras importantes: la financiación sigue siendo limitada, especialmente en fases iniciales; los trámites administrativos pueden desincentivar; y falta una cultura más extendida de colaboración entre empresas, universidades y administración. También debemos mejorar la conexión con el mercado exterior y atraer más inversión a nuestros proyectos.
La colaboración intergeneracional y entre entidades parece cada vez más importante. ¿Qué papel cree que juegan las redes empresariales en este sentido?
Un papel clave. Las redes empresariales pueden ser auténticos puentes entre generaciones, sectores y territorios. Nos permiten aprender unos de otros, compartir conocimiento y sumar fortalezas. La colaboración entre jóvenes emprendedores y líderes consolidados es especialmente valiosa: unos aportan innovación y frescura; los otros, experiencia y visión a largo plazo. Las redes bien gestionadas son espacios de inteligencia colectiva que pueden marcar la diferencia para un territorio.
¿Qué consejos le daría a alguien que hoy está iniciando su carrera profesional y se plantea emprender o involucrarse en el mundo asociativo?
Le diría que no tenga miedo a equivocarse, que busque rodearse de personas que le inspiren y que no subestime el poder del trabajo en equipo. Emprender o participar en una asociación es una forma extraordinaria de aprender, crecer y generar impacto. También le aconsejaría tener paciencia: los resultados no son inmediatos, pero llegan si hay constancia y propósito. Y, sobre todo, que mantenga siempre sus valores y su autenticidad. Eso es lo que da sentido a cualquier camino profesional.
Más allá de cargos y entidades, ¿cómo entiende el liderazgo en el contexto empresarial actual? ¿Qué cualidades considera imprescindibles?
El liderazgo hoy es, sobre todo, humano. Implica tener visión, sí, pero también saber escuchar, generar confianza y cuidar a los equipos. Ya no se trata de mandar, sino de inspirar, de acompañar y de estar al servicio de un propósito compartido. Creo que la humildad, la adaptabilidad, la empatía y la valentía son cualidades imprescindibles para cualquier líder. Y también la capacidad de aprender continuamente y de construir alianzas que multipliquen el impacto.
Y para terminar: si tuviera que definir en una frase la evolución de su trayectoria profesional en estos últimos años, ¿cuál sería?
Una evolución constante desde la acción hacia la influencia, y desde lo individual hacia lo colectivo, siempre con Aragón en el centro.