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Luis Lanaspa: “Tenemos una economía más productiva y competitiva que la media española”

Luis Lanaspa

Director general de Economía del Gobierno de Aragón

Esta es la segunda legislatura en la que Luis Lanaspa ejerce de director general de Economía de Aragón y en esta entrevista repasamos sus siete años de trayectoria al frente de esta área, así como los principales proyectos impulsados o los efectos que está teniendo la guerra de Ucrania y la inflación en la economía aragonesa, entre otros muchos temas.

Cuéntenos brevemente cómo ha sido su formación académica y su trayectoria profesional.

Estudié en la antigua Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad de Zaragoza la licenciatura en Ciencias Económicas y Empresariales, en la rama de Economía, entre 1988 y 1993. Posteriormente obtuve el Doctorado en Ciencias Económicas y Empresariales en la misma rama. En 2003 gané la plaza de Profesor Titular de Universidad y en 2019 la plaza de Catedrático.

He sido profesor de la Universidad de Zaragoza, primero en la Escuela de Empresariales de Huesca y luego en la Facultad de Economía y Empresa de Zaragoza desde 1995 hasta 2015, cuando fui nombrado director general de Economía del Gobierno de Aragón.

Usted ha desarrollado gran parte de su trayectoria profesional en la Universidad. ¿Qué sinergias se producen entre la Universidad y los poderes públicos? ¿Cómo de importante es que se produzcan tales transferencias de conocimiento entre instituciones?

Creo firmemente en la transferencia de conocimiento. La sociedad tiene que ser capaz de aprovechar todo el talento que hay dentro del personal universitario, y este debe canalizar todas sus investigaciones a la aplicación práctica en la empresa o en la propia sociedad. En el año 2006 participé en la creación de una empresa Spin-off de la Universidad de Zaragoza de la que fui socio hasta mi entrada en política, lo que da idea de mi apuesta por esa transferencia de conocimiento.

¿Qué proyectos e iniciativas le gustaría poder llevar a cabo antes de terminar la legislatura?

Esta segunda legislatura, que comenzó en agosto de 2019, está siendo atípica y muy complicada por todo lo que nos está tocando vivir, que está teniendo efectos claros y graves sobre la economía. Me refiero a la pandemia de la Covid-19, con consecuencias a lo largo de 2020 y 2021, y ahora al conflicto bélico que está afectando durante 2022.

En cuanto a la iniciativa en la que estoy más volcado en mi dirección general es en la apuesta por la I+D aplicada en la empresa. En 2019 sacamos una convocatoria dotada con 12 millones de euros para apoyar la I+D en proyectos encaminados a la adaptación de las empresas a la fabricación del vehículo eléctrico, y en 2021 otra dotada con 14 millones de euros para subvencionar iniciativas en el ámbito de la movilidad sostenible y en el sector farmacéutico.

En estos momentos estamos trabajando intensamente para, antes de fin de año, sacar una nueva convocatoria de este tipo. El éxito de las anteriores fue alto y fueron muy bien acogidas. Han sido convocatorias pioneras pues hemos conseguido apoyar a grandes empresas, lo que sin duda ha traído empleo y riqueza a nuestra Comunidad.

¿Podría hacernos una radiografía de la economía aragonesa?

La economía de nuestra comunidad autónoma es una economía más competitiva y más productiva que la media de España, que tiene una serie de características que la definen e identifican. Entre ellas, un mayor PIB per cápita que la media; una mayor especialización industrial que la media y más diversificación; y una destacada capacidad exportadora, propiciada por esa mayor competitividad. Además, Aragón tiene menor tasa de paro que la media -en el primer trimestre de 2022 fue la segunda comunidad con menor tasa- y un perfil más cualificado de la población; y gracias al potente dialogo social que la caracteriza, tiene un bajo nivel de conflictividad.

¿Qué previsiones de crecimiento tienen para 2022?

Tras un amplio periodo de años de crecimiento ininterrumpido, la pandemia trajo consigo una caída del PIB en 2020 del -8,5%. Fuimos la cuarta comunidad que menos cayó. El año pasado, Aragón creció un 5,2% y en septiembre de 2021, en el Informe Económico Financiero que acompaña a los presupuestos, hicimos una previsión de crecimiento para 2022 del 7,1%, previsión que en esos momentos estaba alineada con las realizadas por otros organismos y que, además, fue avalada por la AiRef.

Este año nos ha traído la mala noticia del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania que está afectando, y mucho, a las economías europeas. Todos los organismos han revisado a la baja sus previsiones y nosotros lo haremos también, una vez conocido el comportamiento del primer semestre de este año 2022. Actualmente las previsiones para Aragón oscilan entre el 2,9% del BBVA Research y el 6,2% de la AiRef. Ibercaja ha publicado recientemente una previsión del 4,4% y la Fundación Basilio Paraíso, del 5,7%.

Si este año acabamos creciendo entre un 4 y un 5%, habremos recuperado el nivel de PIB de antes de la pandemia, el del año 2019.

Actualmente el principal problema para nuestra economía es la inflación. ¿Cómo nos afecta a nivel de comunidad?

La inflación es el principal problema al que nos enfrentamos, pero no es un problema exclusivo de la economía aragonesa, es un problema nacional. La inflación que tenemos viene fundamentalmente derivada de un incremento de los costes energéticos que han provocado un shock negativo de oferta. 
Lo que tenemos que hacer fundamentalmente es corregir ese shock. Digo fundamentalmente porque, ya a finales de 2021 y provocada por los efectos de la Covid-19, teníamos una inflación elevada derivada especialmente de las roturas y problemas en las cadenas de suministro que trajeron desajustes entre la oferta y la demanda tras la pandemia. 

Posteriormente, el conflicto bélico ha elevado globalmente los costes energéticos, que han acelerado el crecimiento de la inflación.

En un principio el aumento de precios era exclusivamente de los productos energéticos, pero en estos momentos estamos empezando a sufrir los tan temidos efectos de segunda ronda, que se producen cuando los incrementos de estos precios se trasladan al resto de componentes de la cesta de consumo, hecho que de momento está sucediendo parcialmente.

Los ciudadanos están viendo traducida esta inflación en la subida de precios de la luz, combustibles o la cesta de la compra también incluso con fenómenos como la reduflación. ¿Qué se puede hacer desde el Gobierno de Aragón para combatir los efectos de la inflación?

La subida de precios la podemos sufrir pagando más por la misma cantidad de producto o pagando igual por menos cantidad de producto, curioso hecho denominado reduflación.

En cuanto a las medidas a tomar me gustaría distinguir entre aquellas que podemos denominar paliativas y otras que denominaríamos correctoras. Las que puede tomar el Gobierno de Aragón son del primer tipo. Entre ellas hemos aprobado un Decreto Ley para revisar el precio de los materiales de construcción en obras públicas, un Decreto Ley para agilizar la gestión de los MRR, se ha modificado el tope de ayuda en la factura de la luz de 200 a 300 euros, se ha aumentado al 15% el complemento de Aragón al Ingreso Mínimo Vital, se han aumentado al 10% las ayudas a la vivienda y se ha puesto a disposición del tejido empresarial 40 millones de euros para avales en Avalia y 7 millones de préstamos a tipo 0 en Sodiar.

Las medidas correctoras tienen que venir del Gobierno central y la principal es la aprobación por parte de la Comisión Europea de la posibilidad de fijar un tope al precio del gas, que provocará, según las estimaciones, una bajada del precio de la energía eléctrica entre el 30 y el 50%. Sin duda, esto traerá una corrección de la inflación y se espera, como así ha puesto de manifiesto el Banco de España, que en la segunda mitad de año la inflación se modere.

¿Cree que es viable un pacto de rentas?

La subida de precios está suponiendo una caída del poder de compra de los agentes económicos y, por tanto, un empobrecimiento relativo que reduce la renta disponible de los hogares y los beneficios de las empresas. En este contexto, resulta fundamental evitar que se produzcan efectos indirectos sobre el PIB y el empleo. Para reducir la posibilidad de que se den estos efectos, sería deseable que se alcanzase, en el conjunto de la economía, un pacto que trajera un reparto de las pérdidas de renta derivadas del fuerte encarecimiento de las materias primas que importamos, las energéticas y las no energéticas.

El pacto de rentas podría evitar esa tan temida espiral de subidas de precios y costes de producción. Los trabajadores tienen que ser conscientes de que no pueden recuperar su poder adquisitivo en sólo un periodo, y las empresas deben ser conscientes de que no pueden mantener sus beneficios. Ambos agentes tienen que poner de su parte.

¿Cómo afecta la inflación al empleo?

La inflación podría llevarnos, en el peor de sus escenarios, a la recesión. Sin pacto de rentas y sin medidas correctoras de los precios, podemos entrar en un crecimiento de precios sin fin. Esta situación puede traer fuertes descensos del PIB y que las empresas acaben reduciendo costes disminuyendo el número de trabajadores.

Estamos en una inflación generada por un shock negativo de oferta, lo que puede hacer compatible un aumento de precios con un aumento de desempleo, en contra de la curva de Phillips, que decía que más inflación era compatible con menos desempleo, aunque ya se demostró en su día que tenía ciertas carencias, y podíamos tener situaciones donde la inflación y el desempleo fueran de la mano.

¿Qué riesgos potenciales puede suponer la guerra de Ucrania?

La guerra de Ucrania está teniendo dos tipos de efectos sobre nuestra economía y sobre la economía nacional. Los efectos directos que encontramos tienen relación con la repercusión de la guerra sobre el mercado exterior y sobre la inversión extranjera directa. En el caso de Aragón, estos efectos son muy pequeños puesto que Rusia representa solo el 0,9% del total de nuestras exportaciones -es nuestro 18º destino y nuestro proveedor 41- y a Ucrania exportamos el 0,2% del total, siendo nuestro destino número 46 en el ranking y nuestro proveedor 50. En cuanto a la inversión extranjera, podemos decir que, en términos económicos, es despreciable.

Sin embargo, los más preocupante son los efectos que podemos denominar indirectos, donde tenemos la inflación y la ralentización del crecimiento: la inflación derivada del incremento del precio de la energía y de otras materias primas, y la ralentización del crecimiento derivada de la disminución de la demanda externa por parte de aquellos países europeos afectados por la guerra y por la disminución de la demanda interna, puesto que el alza de los precios disminuye la capacidad adquisitiva de las familias y va a traer disminución del consumo privado.

Adicionalmente, si la guerra dura mucho, podríamos tener volatilidad, incertidumbre, incrementos de tipos de interés, y muchos otros problemas, aunque esperemos que no lleguemos esto.

Usted ha señalado que la economía aragonesa es más productiva y competitiva que la media española. ¿Sigue siendo así actualmente? ¿A qué se debe este hecho?

En efecto. Tenemos una economía más productiva y más competitiva que la media y sigue siendo así. Este hecho se da por dos motivos principalmente: tenemos una población muy cualificada con una fuerza de trabajo muy preparada y formada, lo que le hace ser más productiva; y a su vez la inversión de las empresas, la formación bruta de capital, es muy superior a la de otras CCAA, lo que consigue es que nuestras empresas sean más competitivas. Estos dos motivos son los que preferentemente hacen que nuestro tejido empresarial sea más productivo y más competitivo.

Aragón también se ha caracterizado por una alta capacidad exportadora. ¿Cómo ha sido la evolución de las exportaciones aragonesas en los últimos años?

Aquí sí que podemos hablar de un caso de éxito: la creciente internacionalización de las empresas de Aragón. En 1995 -primer año del que tenemos datos fiables-, el grado de apertura (la importancia de las exportaciones e importaciones en relación al PIB) era del 53%. En 2021, ese grado de apertura fue del 70%, un crecimiento espectacular.

Este caso de éxito está apuntalado en dos aspectos. El primero de ellos, el crecimiento de las exportaciones, que ha permitido batir records año a año hasta alcanzar los 14.425 millones de euros exportados en 2021. En este trimestre del 2022 hemos exportado un 4,1% más que el primer trimestre de 2021.

El segundo aspecto a resaltar es la diversificación de nuestras exportaciones, que da idea de que al carro de la internacionalización se han sumado, en general, todos los sectores de nuestra economía. Así, en 1995, dos euros de cada tres exportados eran del sector de la automoción, mientras que en 2021 “solo” un euro de cada cuatro era de este sector que, a pesar de que nominalmente crece sin parar, va reduciendo su peso sobre el total. Ese peso lo va ganando la agroalimentación, los bienes de equipo, las manufacturas de consumo o los productos químicos.

Cuéntenos cómo están atrayendo empresas a Aragón.

Dado el éxito en la atracción de nuevas inversiones desde que entramos en el Gobierno en 2015, creo que podríamos hablar ya del método Lamban-Gastón. Formamos un equipo muy proactivo -y aquí incluyo a los funcionarios que forman parte de nuestras direcciones generales-, que trabaja muy duro y sin horario, que guarda confidencialidad absoluta en cuanto a los proyectos, y que siente como un reto convencer a los inversores que manifiestan cierto interés por invertir en Aragón.

Esto, junto a inversiones logísticas que estamos realizando, junto a normativas facilitadoras de inversiones que hemos implementado y junto a las características intrínsecas de nuestra economía, destacando la baja conflictividad social, muy valorada por los inversores, nos hace tener mucho éxito en la atracción de nuevos proyectos empresariales, bien nuevos o bien de crecimiento de los ya instalados.

¿Podría detallarnos las medidas que se han puesto en marcha desde su departamento para facilitar liquidez a las empresas aragonesas a través de Avalia y Sodiar?

De nuevo, al igual que pasó cuando comenzó la pandemia, hemos reaccionado rápido, espoleados por el conflicto de Ucrania, y hemos creado dos líneas de liquidez para empresas que hemos implementado a través de Avalia y Sodiar. En Avalia SGR hemos creado la Línea especial Ucrania Liquidez Exprés dotada con 40 millones de euros, que consiste en avales financieros para hacer frente a las obligaciones de pago comprometidas por los efectos del conflicto bélico de Ucrania. 

El importe de cada operación no puede exceder de 300.000 euros, a un plazo de entre 3 y 5 años y se dan hasta 24 meses de carencia.

En Sodiar hemos puesto en marcha la Línea Crisis Ucrania, dotada con 7 millones de euros. Consiste en préstamos para autónomos y empresas que tengan necesidades de liquidez ocasionadas, directa o indirectamente, por el conflicto de Ucrania. El importe de las operaciones no puede superar los 100.000 euros, a un plazo de 3 años con 12 meses de carencia, en este caso los intereses pueden ser bonificados en su totalidad.

¿Cómo apoya el Gobierno de Aragón a las empresas para facilitarles que crezcan o que se instalen en nuestro territorio?

Las puertas del presidente Lambán y las de la consejera Gastón están siempre abiertas para atender a los empresarios, tanto a los que piensan en instalarse en Aragón como a los que pretenden ampliar sus proyectos ya existentes. Una vez conocidas las intenciones inversoras, se pone en marcha el proceso de análisis del proyecto y sus necesidades. 

Después de ese proceso, se redacta un informe donde se presentan las posibilidades y compromisos del Gobierno de Aragón en cuanto a las agilizaciones administrativas, a la gestión subvenciones, a las posibles ayudas en la cualificación de los nuevos trabajadores, en su selección y en el apoyo a su contratación. Presentado al empresario en cuestión y siempre con un dialogo continuo con el mismo, se toman las decisiones más adecuadas para llevar a cabo el proyecto.

Desde el Gobierno de Aragón se incide en la necesidad de cambiar la manera de financiar a las autonomías. ¿Qué se debería tener en cuenta en el caso de Aragón?

El Gobierno de Aragón, igual que el de otras Comunidades Autónomas, tiene una serie de competencias transferidas que le obligan a prestar una serie de servicios a los habitantes de la comunidad. Si algo resulta evidente es que el coste de la prestación de esos servicios, con la misma calidad, no es el mismo en una comunidad autónoma que en otra. 

Me explico: Aragón es una comunidad bastante grande y con la población muy dispersa, eso implica que, por ejemplo, la prestación de la educación o de la sanidad se encarece notablemente, ya que, en el mundo rural, mantenemos escuelas con tres alumnos y médicos con muchas menos cartillas de las que puede tener un médico, por ejemplo, en Madrid.

 

Por tanto, a mi modo de ver, creo que en el nuevo sistema de financiación de las Autonomías debería incluirse un criterio de dispersión geográfica de la población, no solo tener en cuenta el número de habitantes, sino también cómo están repartidos por el territorio.

 

Háblenos de la apuesta de su departamento por impulsar la I+D en el ámbito de la movilidad sostenible.

La consejera Gastón ha tenido siempre entre sus objetivos potenciar la I+D aplicada a la empresa. Es por ello que nos solicitó que analizáramos y estudiáramos cómo podíamos apoyar la misma en el tejido empresarial aragonés. El problema fundamental es que la normativa europea limita mucho el apoyo a grandes empresas instaladas ya en la Comunidad Autónoma. 

Este problema nos costó solventarlo, pero, a través del reglamento de exenciones de la Comunidad Europea pudimos lanzar unas líneas novedosas de apoyo a la investigación industrial y al desarrollo experimental a las que podían optar grandes empresas.

En el año 2019 lanzamos la primera convocatoria, dotada con 12 millones de euros para fomentar la realización de proyectos empresariales en Aragón vinculados al desarrollo del vehículo eléctrico con elementos de desarrollo experimental y/o investigación industrial. 

Posteriormente, en 2021, lanzamos la segunda convocatoria, dotada con 18 millones de euros para proyectos de investigación y desarrollo en el ámbito de la movilidad sostenible, de la economía circular y en el sector farmacéutico. En estos momentos estamos trabajando para tratar de lanzar en este año la tercera convocatoria.

¿Qué valores le han marcado desde niño?

Provengo de una familia muy humilde. Mi padre era mozo de almacén y mi madre iba a limpiar, y los dos han trabajado mucho para que nunca faltara nada a la mesa y para que tanto mi hermano como yo pudiéramos estudiar. Mis padres nos han transmitido la importancia del esfuerzo y del trabajo, y sobre todo nos inculcaron la idea de que hay que ser buenas personas, ser respetuosos con los demás y valorar al prójimo, porque con este tipo de comportamientos siempre es más fácil vivir en sociedad y, de paso, se colabora en lograr una sociedad mejor.

 

¿Qué recuerda con más cariño de su etapa de estudiante?

 

Estudié la licenciatura en Zaragoza, para lo cual me desplazaba todos los días desde Huesca en unos autobuses que Automóviles la Oscense destinaba al traslado de estudiantes. Salíamos de Huesca a las 7.30, asistíamos a clase de 9 a 15 horas, y retornábamos a las 15.30. En esos autobuses íbamos estudiantes de muchas carreras diferentes. Recuerdo con mucho cariño esas dos horas de viaje diarias, las charlas, las partidas de cartas, ese intercambio de pareceres entre jóvenes oscenses que queríamos formarnos y desarrollar nuestros proyectos vitales. Una gran experiencia que creo que todos los implicados recordaremos con cariño.

 

¿Cuáles son su bebida y comida favorita del territorio aragonés?

En cuanto a la bebida voy un poco a la contra. Somos una tierra de vinos, de buenos vinos, pero para mí nada supera un tercio de Ambar, muy frío. En cuanto a la comida, no tengo una sola favorita. Me gusta mucho una buena parrilla de cordero a la brasa, pero si he de decantarme por algo muy de aquí, me quedaría con las chiretas, comida típica del Pirineo consistente en tripa de cordero rellena con arroz y trozos de pulmón y corazón del cordero.

¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?

Soy un senderista acérrimo. Me gusta mucho andar, principalmente por la montaña. Siempre que puedo me escapo al Pirineo. Creo que soy una persona sencilla y de gustos sencillos: un buen libro, un partido de pádel con mi mujer y mis hijos -solo juego al pádel con ellos-, una cerveza en buena compañía… Me considero afortunado simplemente con disfrutar de mi mujer y mis hijos. He tenido mucha suerte con ellos, la verdad.

Nos han dicho que es usted aficionado al fútbol. ¿A qué clubs apoya?

Desde que era pequeño siempre he tenido simpatía por el Real Madrid, del que sigo siendo seguidor. En cuanto a los clubs de la Comunidad, soy oscense de nacimiento y de sentimiento, así que soy socio de la S. D. Huesca junto con mi hijo. Pero llevo viviendo en Zaragoza más de 20 años, mi mujer y mis hijos son de aquí y, por tanto, seguimos al Real Zaragoza, del que también somos socios. En este aspecto, espero y deseo que haya más aficionados como nosotros, que animen y sigan a los dos principales clubes de fútbol de Aragón.

¿Hay algo que quiera añadir?

Espero que los ciudadanos sean conscientes de que somos un Gobierno de Aragón que trabaja sin descanso para garantizar la total prestación, con la mayor calidad posible, de aquellos servicios que tenemos, dadas nuestras competencias, y que, en materia económica, trabajamos para mejorar la cualificación de todos los trabajadores y tratamos de favorecer nuevas inversiones de empresas ya instaladas en la comunidad o de nuevas instalaciones, que acaban generando empleo estable, de calidad y bien remunerado, lo que redunda en una mayor calidad de vida de los aragoneses.

Entrevista: Redacción AEA (LLM)

Fotos: DGA

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