Entidades Sociales Entrevistas

Claudia Santisteve: «Las cuatro empresas sociales del Grupo Rey Ardid trabajan en sectores muy competitivos como lavandería, limpieza, ayuda a domicilio o atención telefónica» – Copy

Claudia Santisteve
Coordinadora del proyecto Más Fortalecimiento y Más Empleo Social de Fundación Rey Ardid

Para comenzar, ¿podría contarnos brevemente cuál ha sido su trayectoria profesional hasta llegar a coordinar este proyecto en Fundación Rey Ardid?

Inicié mi recorrido en la Fundación en el área de Salud Mental, en un puesto vinculado a la investigación, la innovación y el desarrollo, y más tarde acabé formando parte del equipo técnico de la dirección del área. Mi labor se centraba en no solo mejorar la atención que se brinda en los dispositivos de Rey Ardid, centrados en personas con sufrimiento psíquico severo, sino también promocionar y sensibilizar en nuestras sociedades sobre la importancia de una buena salud mental. Al mismo tiempo, daba apoyo al departamento de Proyectos Europeos, sobre todo en iniciativas vinculadas a la atención directa de personas. Esto me permitió conocer otras realidades y metodologías que se están llevando a cabo en Europa y plantear adaptaciones para trasladar casos de éxito a nuestro territorio.

¿Cómo surge “Más Fortalecimiento y Más Empleo Social” dentro del Grupo Social Rey Ardid y qué le motivó personalmente a involucrarse en él?

El proyecto nace de la reflexión sobre el papel esencial de las empresas sociales como motor de inclusión laboral y de la necesidad de reforzar su visibilidad y competitividad. Queríamos reivindicarlas como agentes capaces de generar empleo de calidad para quienes más lo necesitan. En lo personal, me atrajo el reto de coordinar un proyecto innovador que une gestión, innovación y acompañamiento social. Además, me permitía seguir vinculada al ámbito de la salud mental, puesto que muchas personas inician o retoman el contacto con el empleo en estas empresas.

El proyecto pone el foco en las personas en situación de vulnerabilidad. ¿Cuáles son las principales barreras que siguen encontrando en el acceso y mantenimiento al empleo?

Son varios los obstáculos que encuentran y dependen mucho de cada caso. No obstante, destacan la falta de acompañamiento y adaptación de los puestos de trabajo y una escasa formación técnica, digital y de competencias transversales (lo que ahora llamamos habilidades blandas o soft skills). También influyen otros factores personales y sociales: menor red de contactos, dificultades para conciliar, problemas de salud o discapacidad, e incluso la falta de confianza tras experiencias previas de fracaso. A todo ello se le suman los prejuicios que siguen muy presentes en materia de discapacidad, salud mental y colectivos en riesgo de exclusión (como personas migrantes, personas sin hogar, personas privadas de libertad…). Estas variables convierten la incorporación laboral en un proceso frágil si no se provee de los apoyos adecuados.

Una de las líneas de trabajo son los itinerarios personalizados para más de 250 trabajadores. ¿Qué tipo de apoyo y formación reciben y cómo se mide su impacto en la empleabilidad?

Cada itinerario se diseña de manera conjunta entre la persona y las Unidades de Apoyo, que es el equipo multidisciplinar que acompaña, en la medida en que lo necesite, al trabajador. Se incluyen tutorización inicial en el puesto de trabajo y orientación y seguimiento para el desarrollo de carrera, y se ofrece apoyo psicológico y fisioterapéutico. En cuanto a formación, se abordan tres bloques: competencias digitales básicas y específicas ligadas al puesto (por ejemplo, programas concretos que se utilizan en la actividad productiva), formación transversal (como gestión del cambio, habilidades sociales, igualdad, autocuidado…) y cursos de profesionalización con certificados oficiales. El impacto se mide comparando la situación inicial y final de cada persona: nivel de competencias, estabilidad laboral, transición hacia empleo ordinario y mejoras en calidad de vida.

En cuanto a las empresas sociales del Grupo, ¿qué retos concretos se están abordando para reforzar su competitividad y modernización?

Las cuatro empresas sociales del Grupo trabajan en sectores muy competitivos como lavandería, limpieza, ayuda a domicilio o atención telefónica. Su principal reto es modernizarse para ofrecer servicios de calidad equiparables al mercado ordinario y con precios ajustados. Esto implica mejorar procesos internos, implantar herramientas digitales de gestión, reforzar la comunicación con clientes y posicionar mejor el valor social que generan. Todo ello sin dejar de lado el acompañamiento a los y las trabajadoras.

La innovación aparece como un eje central en el proyecto. ¿Qué papel juegan las nuevas metodologías, herramientas digitales o procesos de automatización en este contexto?

La innovación es un eje transversal. Incorporamos nuevas metodologías de apoyo, procesos de mejora continua y digitalización de la gestión. Estamos implantando herramientas como un ERP (un software para optimizar operaciones), plataformas de automatización de marketing o softwares específicos de lavandería, floristería y ayuda a domicilio. Además, se trabaja en la formación digital de las plantillas para que puedan manejar estas tecnologías y garantizar que nadie se quede atrás.

¿Qué importancia tiene la colaboración con entidades públicas y privadas en el desarrollo y sostenibilidad de este tipo de iniciativas?

El trabajo en red es imprescindible. La relación con administraciones, servicios sociales y sanitarios y empresas del territorio facilita que las personas mantengan el empleo o transiten al mercado ordinario. Igualmente, las alianzas con otras empresas sociales permiten compartir experiencias y generar sinergias. La cooperación es clave tanto para abrir oportunidades de trabajo como para garantizar la sostenibilidad de los proyectos.

El proyecto está cofinanciado por el Fondo Social Europeo Plus a través de CEPES. ¿Qué significa contar con este respaldo y cómo ayuda a dar continuidad a la labor de Fundación Rey Ardid?

Contar con la cofinanciación del Fondo Social Europeo Plus supone un aval muy importante. No solo aporta recursos económicos que aseguran la continuidad de las acciones, también da legitimidad y visibilidad a la labor de la Fundación Rey Ardid. Nos permite planificar a medio plazo, reforzar equipos técnicos y apostar por procesos de innovación que de otro modo serían inviables.

Desde su experiencia, ¿qué aprendizajes o buenas prácticas destacaría que puedan inspirar a otras entidades que trabajan también en inserción laboral y economía social?

Entre los aprendizajes más valiosos está la necesidad de diseñar itinerarios realmente personalizados, poniendo a la persona en el centro y fomentando su participación activa. También la importancia de combinar formación técnica y digital con competencias transversales, ya que ambas son determinantes para la empleabilidad.

Para terminar, ¿qué mensaje le gustaría trasladar tanto a las personas trabajadoras participantes como a las empresas que forman parte del proyecto?

A las personas trabajadoras del Grupo Social Rey Ardid queremos reconocerlas como protagonistas de este proyecto: son ellas quienes hacen posible que avancemos hacia una inclusión laboral real. A las empresas, agradecerles su confianza y recordarles que competitividad y compromiso social no están reñidos: apostar por la economía social no solo es una decisión responsable, también es una forma de ganar en calidad, innovación y sostenibilidad. En definitiva, las personas son el corazón del proyecto y las empresas, su impulso.

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