Reflexiones sobre un mundo en cambio constante
María Palacín
Presidenta de ARAME
El mundo está en constante transformación, y todos estamos expectantes ante lo que pueda anunciar Donald Trump el próximo 4 de julio. No olvidemos que el pasado 3 de abril declaró un paréntesis de 90 días para negociar con aquellos países dispuestos a hacerlo. Es una coincidencia significativa que haya elegido precisamente esa fecha, Día de la Independencia en Estados Unidos, para comunicar una decisión que podría tener importantes implicaciones a nivel global, especialmente para Europa.
A menudo no somos plenamente conscientes de hasta qué punto nos influyen las decisiones de otros países. Aspectos como la capacidad de seguir exportando o importando, el posible aumento de aranceles, o la movilidad de estudiantes entre continentes, dependen de acuerdos internacionales que, aunque parezcan lejanos, tienen un impacto directo en nuestra economía y sociedad.
Por fortuna, Estados Unidos no es actualmente el principal destino de nuestras exportaciones, lo que nos permite mantener cierto margen de tranquilidad. Aun así, debemos estar atentos y preparados ante posibles cambios.
En el plano más cercano, hemos vivido recientemente momentos de gran relevancia, como la VI Cumbre FEDEPE celebrada a finales de marzo. Fue una jornada inspiradora, en la que tuvimos el privilegio de escuchar a personalidades como Luis de Guindos, en una entrevista conducida con brillantez por Encarna Samitier. En la mesa redonda dedicada a nuevas tecnologías y centros de datos, Begoña Villacís (Directora del Centro Nacional de Datos), Adelaida Buisán (de la Universidad San Jorge) y Miguel Fontgivell (de Oboria), moderados por Genoveva Crespo, abordaron temas de máxima actualidad
Entre ellos, se debatió la posibilidad de sufrir problemas de red debido al crecimiento exponencial de dispositivos conectados, en contraste con la escasa inversión en infraestructuras eléctricas. Poco después, la realidad nos dio un aviso en forma de apagón nacional.
Posteriormente, el debate se centró en el ámbito local, en las pequeñas y medianas empresas, y finalmente en el mundo asociativo. Fue un fin de semana inolvidable, que culminó con una visita a Tarazona y una cata de vinos y productos aragoneses en el Convento de Santa Ana.
Al mirar atrás, me doy cuenta de que estos últimos cuatro años han sido intensos y han pasado volando. Celebramos el 35º aniversario de ARAME, abrimos nuestras puertas a los hombres amigos de la asociación, organizamos la cumbre de FEDEPE, premiamos a mujeres destacadas, y colaboramos con entidades como Directivas de Aragón, Enredadas de Teruel o AMMDE.
Queremos seguir aportando nuestro granito de arena para avanzar hacia una sociedad más justa, donde las mujeres tengan una mayor visibilidad y oportunidades reales de ocupar puestos de liderazgo en el mundo empresarial. Aún queda mucho por hacer, pero cada paso cuenta.
