Policías europeos refuerzan la seguridad en Zaragoza durante la Semana Santa
Seguridad ciudadana - Policía Nacional
Emmanuel, de la Police Nationale francesa; Carlotta, de la Polizia di Stato italiana y Rodrigo, de la Polícia de Segurança Pública portuguesa, caminaron por las calles de Zaragoza acompañados por Iñaki, agente de la Policía Nacional destinado en la capital aragonesa que hacía de nexo entre las diferentes Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. No era una patrulla cualquiera. Sus uniformes, distintos pero unidos por el compromiso común con la ciudadanía, despertaron la curiosidad de turistas y zaragozanos durante la pasada Semana Santa.
Este despliegue formó parte del Proyecto Comisarías Europeas, una iniciativa de cooperación internacional impulsada por la Policía Nacional de España, que permitió que agentes de distintos países europeos patrullaran conjuntamente por algunas de las principales ciudades del país. En Zaragoza, la experiencia no solo reforzó la seguridad en una de las semanas con mayor afluencia de visitantes, sino que se convirtió en un ejemplo visible de la Europa que coopera y protege.
Durante estos días en los que la ciudad se llenó de actos religiosos, eventos culturales y competiciones deportivas, especialmente en enclaves como la Plaza del Pilar o el Pabellón Príncipe Felipe, los agentes europeos prestaron servicio codo con codo con sus homólogos españoles. La presencia de policías capaces de comunicarse en francés, italiano o portugués facilitó enormemente la atención a los turistas extranjeros, resolviendo dudas, prestando ayuda y ofreciendo una imagen de cercanía y profesionalidad.
Estos agentes no fueron meros observadores. Realizaron los mismos servicios y turnos que sus compañeros españoles, integrándose en unidades operativas como la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), el Grupo Operativo de Respuesta (GOR), el Servicio de Atención al Ciudadano (SAC) o la Unidad de Intervención Policial (UIP). Su participación permitió enriquecer la labor cotidiana con nuevas perspectivas y métodos de trabajo, favoreciendo un intercambio profesional que traspasa fronteras.
Más allá del refuerzo operativo, el proyecto dejó un poso de confianza entre los ciudadanos, que vieron en esta patrulla multicolor un símbolo de seguridad compartida. También fue una oportunidad para que los propios agentes estrecharan lazos, intercambiaran experiencias y se conocieran mejor en un contexto de trabajo real.
Zaragoza se convirtió durante unos días en escenario de una colaboración europea tangible, cercana y efectiva, en la que se demostró que la seguridad pública también se construye con cooperación, entendimiento y presencia. Una experiencia que dejó huella en quienes la vivieron, tanto agentes como ciudadanos, y que refuerza la apuesta de la Policía Nacional por una seguridad moderna, abierta al mundo y adaptada a los nuevos tiempos.
