Carol Ordovás Morlas (Rey Ardid): “El voluntariado corporativo no solo mejora el entorno, también transforma a las personas que lo viven”
Carol Ordovás Morlas
Trabajadora Social especializada en Salud Mental y responsable de Voluntariado en Fundación Rey Ardid
Carol Ordovás coordina el voluntariado en la Fundación Rey Ardid, una red con más de 170 personas comprometidas. Desde su experiencia como trabajadora social especializada en salud mental, defiende el valor transformador del voluntariado, también en el ámbito corporativo. “No solo mejora el entorno, también transforma a quienes lo viven”, afirma. Su labor va desde la acogida y formación de voluntarios hasta la gestión de colaboraciones con centros educativos, proyectos europeos y empresas de todos los sectores.
¿En qué consiste exactamente su labor como responsable de voluntariado en la Fundación Rey Ardid?
Mi labor es coordinar y dar sentido a todo el voluntariado de la Fundación, que cuenta con más de 170 personas implicadas en distintos centros y actividades. Acompaño a los voluntarios desde que llegan, pasando por su formación, seguimiento y participación. Además, gestiono colaboraciones con centros educativos, proyectos europeos y, por supuesto, el voluntariado corporativo con empresas. Mi objetivo es que cada persona voluntaria encuentre un lugar donde pueda aportar y también recibir, porque el voluntariado es una experiencia que beneficia a todos.
¿Qué tipo de actividades de voluntariado se desarrollan en Fundación Rey Ardid y cuáles son sus principales objetivos?
En la Fundación Rey Ardid contamos con una red muy amplia de voluntariado, con personas que colaboran de forma estable en diferentes centros y programas. Hay posibilidad de colaborar en diferentes áreas: en mayores los voluntarios que acompañan a personas mayores en paseos, juegos o talleres en los centros residenciales, otros que participan en actividades de ocio en los centros de rehabilitación de salud mental, o incluso dando clases de apoyo o reparto de alimentos a personas en riesgo de exclusión social. También colaboran en eventos, campañas de sensibilización o actividades comunitarias. Intentamos que cada persona voluntaria encuentre su sitio y se sienta parte del equipo.
Y las acciones con voluntariado corporativo, ¿qué tipo de colaboraciones desarrollan?
Desarrollamos actividades muy variadas, siempre adaptadas al perfil de la empresa y al colectivo con el que se quiere colaborar. Normalmente suelen ser acciones más puntuales que se organizan acorde a la disponibilidad de la empresa y el centro. Algunas empresas se implican en actividades lúdicas o jornadas temáticas con personas mayores, otras participan en talleres creativos, salidas culturales o dinámicas con personas con discapacidad o problemas de salud mental. También pueden darse colaboraciones enfocadas al empleo, como simulaciones de entrevistas o charlas profesionales. En todos los casos, buscamos que la experiencia tenga sentido y sea enriquecedora tanto para el equipo de la empresa, viviendo una jornada diferente y acercándose a nuevas realidades, como para las personas con las que trabajamos.
El voluntariado corporativo es una pieza complementaria y muy valiosa dentro de nuestro modelo de intervención. No sustituye funciones profesionales ni responde a necesidades estructurales, pero sí suma desde lo humano y lo comunitario
¿Cómo se articula la colaboración entre la Fundación y las empresas que participan en estos programas?
Todo parte de una primera reunión donde escuchamos a la empresa: qué tipo de implicación busca, cuántas personas quieren participar, en qué fechas y qué valores quieren trabajar. A partir de ahí, diseñamos una propuesta concreta de voluntariado que tenga sentido para todos. Nosotros nos encargamos de toda la organización, acompañamiento y evaluación. Queremos que las empresas se sientan parte del proyecto, pero sin que les suponga una carga extra.
¿Qué tipo de empresas pueden implicarse en estas acciones y qué perfil de voluntariado tienen que tener los profesionales para colaboran?
Cualquier empresa puede implicarse, independientemente de su tamaño o sector, trabajamos con empresas muy diversas. Lo importante es que tengan compromiso social y granas de ofrecer a sus equipos experiencias con propósito. En cuanto al perfil de los profesionales, no hace falta experiencia previa ni formación específica. Lo que se necesita es actitud: personas abiertas, con ganas de conocer y compartir con otras realidades. Nosotros nos encargamos de acompañarles y prepararles para que la experiencia sea sencilla, útil y positiva para todos.
¿Qué impacto tiene este tipo de voluntariado tanto en las personas atendidas por la Fundación como en los empleados que participan?
El impacto es directo y muy positivo. Para las personas a las que atendemos, supone una ruptura con la rutina, una oportunidad para conocer gente nueva y sentir que forman parte de la comunidad. Para las personas voluntarias de empresa, es una experiencia que les conecta con otras realidades, que les da perspectiva y les hace volver a la oficina con otra mirada.
¿Cómo motivan a las empresas para que se involucren? ¿Qué valor añadido considera que les aporta esta colaboración?
El voluntariado corporativo es una herramienta muy potente para las empresas: permite trabajar valores como el compromiso, la empatía o el trabajo en equipo, y refuerza la cohesión interna al compartir una experiencia significativa fuera del entorno habitual. Además, genera un impacto social real y cercano, algo que las empresas valoran mucho en sus estrategias de RSC. Ofrecemos una amplia variedad de actividades, adaptadas a distintos perfiles, tiempos y formatos, y estamos siempre abiertos a propuestas nuevas. Si una empresa quiere aportar desde su ámbito o explorar formas distintas de colaboración, buscamos la manera de hacerlo posible.
¿Cuáles son los principales retos que encuentran a la hora de consolidar o ampliar estos programas?
Uno de los retos principales es la conciliación con los tiempos de las empresas. A veces cuesta encontrar el momento adecuado para todos. También es importante que se entienda que no es necesario hacer grandes acciones: con algo sencillo, pero bien acompañado, se puede generar un impacto enorme. Nuestro trabajo es facilitar y adaptar todo ese proceso para que la colaboración se desarrolle.
¿Qué papel juega el voluntariado corporativo dentro del modelo global de intervención social de la Fundación Rey Ardid?
El voluntariado corporativo es una pieza complementaria y muy valiosa dentro de nuestro modelo de intervención. No sustituye funciones profesionales ni responde a necesidades estructurales, pero sí suma desde lo humano y lo comunitario. Nos permite abrir los centros al entorno, generar vínculos con nuevas personas y dar visibilidad a los colectivos con los que trabajamos. También nos enriquece a nivel interno, al conectar con empresas de sectores diversos que nos aportan miradas, conocimientos y formas distintas de hacer. Es una relación de intercambio en la que todos aprendemos.
¿Qué mensaje le gustaría trasladar a aquellas empresas que aún no conocen esta vía de colaboración social?
Que se animen a probar. Que se acerquen, nos pregunten, nos conozcan. Que no hace falta hacer grandes cosas ni tener experiencia previa. Lo importante es la actitud. El voluntariado corporativo no solo mejora el entorno, también transforma a las personas que lo viven. Y eso, en un mundo tan acelerado, es toda una experiencia.
¿Cómo pueden nuestros lectores participar en su programa de voluntariado?
Muy fácil. Solo tienen que escribirnos a voluntariado@reyardid.org o entrar en nuestra web www.reyardid.org y contarnos qué les gustaría hacer. Nosotros nos encargamos del resto. Estaremos encantados de sumar nuevas alianzas y seguir construyendo juntos una red de voluntariado que deje huella.
