Opinión Viajes extraordinarios

En los viajes ¿propina sí o propina no?

Viajes extraordinarios

Javier Lozano Pérez

MARKETING & DISEÑO DE VIAJES Y EVENTOS
@javierlozanozgz www.javierlozano.net

¿Cuándo debo dejar propina y a quién? ¿Cuánto debo dejar?

La propina, esa forma de agradecer que a veces pueda causarnos bochorno y a veces facilitarnos la vida y hasta proporcionarnos experiencias únicas.
Según en qué país, la propina es un gesto de satisfacción con el servicio, sin embargo, en otros puede considerarse una ofensa. 

Veamos  algunos casos en que la propina está mal vista, no es habitual, es aconsejada o incluso es obligatoria.

¿Propina? No gracias…

Hay países como China o Japón en los que dejar propina está considerado de mal gusto, incluso como un insulto o desprecio hacia la persona que lo recibe, insinuando con el dadivoso gesto que su condición social es muy inferior a la nuestra.

En estos países el turista español, tan acostumbrado al agradecimiento económico se preguntará ¿y cómo agradezco lo bien que me han tratado? Es muy sencillo, con un sincero gesto,  destacando lo bien que nos han hecho sentir, si es en un restaurante servirá que mostremos nuestra gratitud levantándonos, incluso haciendo un sutil gesto de aplaudir la actitud de los empleados o escribir una nota de agradecimiento a la dirección.

¿Propina? No pero…

La propina en países como Alemania, Bélgica, Dinamarca o Finlandia es como la frase que distingue a algunos embajadores “Ni está ni se le espera”, es decir que no es obligatoria, no se espera que el cliente deje propina, pero… A nadie le amarga un dulce y si se entrega a camareros, guías o choferes no la rechazarán.

¿Propina? Esperada pero no exigida…

Hablamos de la mayoría de los países y de los servicios, especialmente los turísticos, aunque hay costumbres que van desapareciendo, como dejar propina a taxistas, carteros o recepcionistas de hotel,  pero podemos decir que en países como España, Italia, Australia y algunos países de Asia, especialmente en las zonas más turísticas, la propina es una muestra de gratitud que en ningún momento rebaja ni al que la da ni al que la recibe.

¿Propina?  Sí o sí…

En ciertos países dejar propina es una obligación y representa una parte importante del salario de quien la recibe. Esto ocurre en países como Estados Unidos, Canadá, Austria, la República Checa, Escocia, Sudáfrica, México o Egipto.  
Y más vale que nos concienciemos si no queremos que nos salgan a buscar hasta la misma calle con el eufemismo de: “Sr. creo que olvida algo…”
Es en estos países donde se recuerda la canción de la Quinta Estación “perdí en alguna cantina la mitad de mi alma más el 15 de propina”.

¿Cuánto y a quién?

Todo depende, en mi opinión, si el servicio no ha sido satisfactorio lo mejor es no dejar nada, creo que le hacemos un favor al empleado y al establecimiento para que puedan recapacitar sobre el porqué de nuestra tacañería.
Si todo fue bien o llegaron a sorprendernos hay que aplicar el aforismo cervantino: “Es de bien nacido el ser agradecido”.
Sobre a quién y cuanto dar, es muy relativo:

Hablemos de un mínimo y un máximo, dependiendo de los países que antes hacíamos alusión:

Camareros: desde las monedas que sobran de las vueltas en España a entre el 5% y el 15%.

Botones y mozos de hoteles, de 1 a 5 dólares/euros.   
Guías: entre 5 y 15 dólares/euros por persona y día, o más si nos han hecho ahorrar dinero o mostrado algo interesante y difícilmente accesible.
Conductores: entre 3 y 10 dólares/euros por persona y día.  

Y para terminar les contare una pequeña anécdota, fue en Londres, en 1975, en una taberna mexicana donde un joven Joaquín Sabina se ganaba la vida como cantante. A la taberna llegó George Harrison a celebrar su cumpleaños y quedo tan encantado con las canciones latinas de Sabina que le dio un billete de 5 Libras que el cantante español aún guarda como un tesoro.

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