Hablemos de economía Opinión

Presupuestos reciclables

Antonio Morlanes Remiro

PRESIDENTE DE ARAGONEX

aragonex@aragonex.com · www.aragonex.com

Estamos en el tiempo de los Presupuestos Generales del Estado que dibujarán el escenario de ingresos y gastos que los españoles vamos a realizar en el año 2023. Interpretémoslo como queramos para buscarle a esto sus pros y sus contras, pero en definitiva, y teniendo en cuenta que somos muy patriotas, lo que nos dicen estos PGE es cómo deseamos vivir en España y cuánto nos cuesta. 

Pongamos un ejemplo: la comunidad de propietarios de los lugares en donde vivimos. Colectivamente queremos tener luz en la escalera, utilizar el ascensor, que las zonas comunes se mantengan limpias y que los jardines estén cuidados. Todo esto, y más, es lo que los vecinos usamos y disfrutamos, por tanto, y necesariamente, debemos pagar todos los meses una cuota que haga frente a esos gastos comunitarios.

Así pues, podemos afirmar que la cuota que los 47 millones de españoles pagamos por vivir y disfrutar de nuestra casa común, España, es de unos 5.600 euros al año, cada uno de nosotros.

Pero entendamos lo que esto significa, es decir, cómo se distribuyen, los antedichos 5.600 euros por habitante, entre IRPF, Impuesto de Sociedades, IVA e Impuestos Especiales. Pues no significa otra cosa que la división entre los ingresos tributarios previstos, 262.761 millones de euros y los 47 millones de habitantes que somos en España.

La pregunta entonces sería: ¿qué hace el Gobierno con esos ingresos? El 58,5% estará destinado a gasto social, las actuaciones de carácter general tendrán un 27,6% y las de carácter económico un 7,9% y, por último, los servicios públicos básicos un 6%. Pero veamos qué significa cada partida. 

El gasto social es el destinado a pensiones, empleo, vivienda, dependencia, sanidad, educación, cultura…: las actuaciones de carácter general se refieren a los organismos de la administración, transferencias a otras administraciones y deuda pública; las actuaciones de carácter económico son las referentes a agricultura, industria y energía, comercio, turismo y PYMES, subvenciones al transporte, I+D+i… Estos son los gastos comunitarios de escalera que nos permiten convivir.

Reflexionemos que vivir en sociedad implica una serie de condiciones que se deben aceptar y que convivir significa que nadie se quede en el camino. Y entendamos que todo tiene un fin que se proyecta en un interés general. Impuestos, por supuesto que sí, pero con conocimiento claro de su destino

Pero demos un paso más hacia adelante, porque cuando se habla de los impuestos, y de lo que se gasta, da la sensación de que todo esto va a un pozo sin fondo, o dicho de otra forma: es como si esos cientos de miles de millones de euros desapareciesen como por arte de magia y les aseguro que no es así.

Analicemos lo que sucede con el dinero de los Presupuestos Generales del Estado. Ingresos tributarios (262.781 millones de euros) más ingresos no tributarios (44.664 millones de euros) suman unos ingresos totales de 307.445 millones de euros. 

De estos importes aproximadamente el 90% está destinado a lo que conocemos como economía productiva, ya que la partida destinada a deuda pública, con un total de 31.275 millones de euros, y alguna otra de menor importe, no se puede entender como economía productiva. Esto es así porque la mayoría de la deuda se paga a préstamos tomados en el exterior de nuestras fronteras ya que los españoles no tenemos tradición de comprarla, sin embargo, si lo hiciésemos, no sucedería esta situación y tendríamos una deuda más estable.

Pero veamos qué sucede con ese 90% de los ingresos: 20.502 millones de euros están destinados a gastos de personal, es decir, pagar las nóminas que, aunque no se lo crean, tienen la misma finalidad que aquellas que cobramos los trabajadores del sector privado, es decir, comprar alimentación, ropa, vivienda, energía, ocio, etc. 

Y la pregunta ahora sería: ¿esto qué significa? Pues que esa partida vuelve al Producto Interior Bruto por el gasto de los asalariados y el ingreso que producen en las empresas, además de generar impuestos a través del IRPF y el IVA. Pero sigamos desgranando ese 90%: 190.687 millones de euros son los destinados al pago de las pensiones; 21.278 millones de euros al desempleo y al ingreso mínimo vital. Y todo ello tiene igual aplicación que la hecha para la de los gastos de personal, podríamos decir que son nóminas cuyo importe se revierte en el PIB.

También quiero dejar claro que la bajada de impuestos no significa que se vaya a tener más recaudación como algunos quieren hacernos ver

A partir de aquí, nos encontramos con el principal cliente del Estado, pues unos 40.000 millones de euros son compras que se hacen en bienes y servicios a las empresas del sector privado y, por tanto, es dinero que retorna a la economía y de nuevo a impuestos: sociedades, IVA, etc.

Ahora imaginemos que no existiesen presupuestos o que disminuyesen en cualquier porcentaje (eso con lo que tanto se está especulando). Lo primero que sucedería es que se vería afectada la economía productiva en alguna medida. También quiero dejar claro que la bajada de impuestos no significa que se vaya a tener más recaudación como algunos quieren hacernos ver. Un ejemplo de ahora mismo es lo que está pasando en el Reino Unido, el Gobierno conservador ha tenido que renunciar a la disminución de impuestos que pretendía realizar, porque ellos mismos han comprobado la incidencia negativa que tendría en su economía.

En definitiva, reflexionemos que vivir en sociedad implica una serie de condiciones que se deben aceptar y que convivir significa que nadie se quede en el camino. Y entendamos que todo tiene un fin que se proyecta en un interés general. Impuestos, por supuesto que sí, pero con conocimiento claro de su destino.

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