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Zaragoza duplicará los sistemas de retención instalados para reducir la llegada de toallitas a los ríos y riberas

La sociedad municipal Ecociudad está trabajando en la selección de otros tres o cuatro aliviaderos tras los buenos resultados obtenidos este verano con la prueba piloto

 Las depuradoras de Zaragoza retiraron más de 360 toneladas de residuos fibrosos el año pasado. Su grave impacto económico y medio ambiental se puede evitar desechándolas en una papelera y no a través del váter 

La sociedad municipal Ecociudad Zaragoza va a duplicar antes de final de año el número de aliviaderos que contarán con sistemas de retención de sólidos para reducir la presencia de toallitas en los ríos y riberas de la ciudad. La consejera de Infraestructuras y Medio Ambiente, Patricia Cavero, ha explicado que la decisión se ha adoptado tras el buen resultado de la prueba piloto desarrollada este verano, que ha permitido rebajar significativamente la llegada de estos y otros elementos.

Los técnicos de Ecociudad han procedido a retirar este viernes las primeras mallas que se instalaron a finales de junio y que han estado funcionando durante todo el verano en tres puntos de las riberas: en el parque de San Pablo en el Ebro, en el Parque Bruil en el Huerva y en Parque Ríos de Aragón en el Gállego. El mecanismo está compuesto por unas planchas metálicas y unas grandes redes que actúan como coladores gigantes, reteniendo buena parte de los sólidos y dejando pasar el agua.

El sistema instalado en el parque de San Pablo ha sido el que más elementos ha retenido, en su inmensa mayoría toallitas. En este punto se han retirado cuatro de las ocho mallas colocadas que se estima que han permitido retener en torno a una tonelada de residuos. Ahora se procederá a su pesaje y su análisis.

La prueba piloto se ha desarrollado durante el verano porque es una de las épocas del año en que más episodios de este tipo se registran y más entran en funcionamiento los aliviaderos de la red. En concreto, a lo largo de estos meses se han registrado nueve eventos lluviosos.

La misión de los aliviaderos es derivar el exceso de agua hacia el medio natural para evitar inundaciones en las calles y daños en las canalizaciones. Cuando eso ocurre, las toallitas y el resto de productos mal desechados que circulan por las tuberías son arrastrados por el agua junto a hojas, colillas de tabaco, plásticos o arenas que se cuelan por los sumideros.

La consejera Patricia Cavero ha destacado que el sistema ha despertado el interés de la Confederación Hidrográfica del Ebro y ha explicado que los técnicos de Ecociudad han comenzado a analizar ya en qué otros aliviaderos del Ebro, el Huerva y el Gállego puede instalarse. La previsión es implantarlo en tres o cuatro nuevos puntos antes de final de año.

Cavero ha vuelto a advertir del grave problema económico y medioambiental que suponen las toallitas higiénicas y desmaquillantes pero también los bastoncillos de los oídos, las tiritas, los discos de algodón, los tampones o el hilo dental que tiramos por el váter y ha recordado que se solucionaría simplemente desechándolos correctamente en una papelera.

Todos estos productos contienen fibras que no son biodegradables o que tardan mucho más tiempo en descomponerse de lo que les cuesta recorrer la red de tuberías y llegar a las depuradoras. La consecuencia es que esas fibras se enredan a lo largo de las conducciones provocando atascos e importantes averías.

Las toallitas que aparecen en las riberas tienen también un segundo origen: las crecidas del río Ebro que las arrastran desde aguas arriba junto a otros sólidos.

Fuente: Ayuntamiento de Zaragoza

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