Insistimos en la necesidad de profundizar en los mecanismos puestos en marcha para combatir el fenómeno del machismo. Necesitamos un enfoque global feminista, que implique a la sociedad al completo y que abarque todas las capas y todos los grupos de edad, desde los más jóvenes a los mayores, con un énfasis especial en la formación y la educación.
Debemos mejorar la prevención y los mecanismos de detección activa. Esta lucha es un proyecto de presente, pero también de futuro: el feminismo es la garantía de una sociedad verdaderamente justa, donde el simple hecho de ser mujer no suponga riesgo de muerte.
Ya son 23 mujeres las que han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año en nuestro país, dos de ellas en Aragón, y no podemos dejar de nombrar a los 13 niños y niñas huérfanos, víctimas también de la violencia de genero.
La realidad demuestra con crudeza lo que otros niegan: que la violencia machista existe y golpea cada día. Es una exigencia condenar y señalar todas las actitudes que aspiran a blanquear o a justificar este fenómeno, con el menosprecio a las víctimas que eso conlleva.