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Cada vez es más común hacerse eco en los medios de comunicación de las intervenciones llevadas a cabo por la Policía, grupos criminales desarticuladas, aprehensión de alijos de sustancias, desmantelamiento de puntos de venta… son sin duda titulares que raro es el día que no se cuelan en las casas de los ciudadanos a través de los periodistas.
Lo que no se sabe es la dificultad que entraña culminar con éxito algunas operaciones policiales, sobre todo, cuando la banda objeto de la investigación tiene carácter itinerante. Hablamos de una delincuencia altamente especializada y que no tiene reparo en recorrer media geografía española con tal de conseguir víctimas potenciales. Delincuentes que apenas dejan rastro en las ciudades en las que operan, más allá de las propias pruebas determinantes para una investigación fructífera y de los que prácticamente solo queda una vía de investigación, seguir de cerca los pasos de sus miembros.
Kilómetros de carretera, horas de seguimiento, esperas interminables y la incertidumbre de no saber cuándo y cómo terminará cada vigilancia. No debe resultar sencillo despedirse por la mañana de la familia y no saber, en el mejor de los casos, en qué provincia se dormirá ese día, seguimientos “sine die” con un único objetivo, desarticular grupos criminales itinerantes.
Resulta imprescindible nutrirse de buenos agentes, policías con vocación dispuestos a sacrificar su vida privada, las tardes en familia y los eventos con los más cercanos para seguir de cerca los pasos de la delincuencia más especializada.
El de Zaragoza es sin duda uno de los grupos de delincuencia itinerante punteros en la organización periférica de la Policía Nacional y suma una gran cantidad de investigaciones esclarecidas.
Toma un papel fundamental la coordinación y la colaboración entre los especialistas encargados en investigar estos delitos en las diferentes provincias de la geografía española y el nexo de unión entre las Brigadas Provinciales se lleva a cabo a través de la Comisaría General de Policía Judicial con sede en Madrid y operativa a lo largo y ancho de la península.
El de Zaragoza es sin duda uno de los grupos de delincuencia itinerante punteros en la organización periférica de la Policía Nacional y suma una gran cantidad de investigaciones esclarecidas.
Las dos últimas operaciones, “Identitas I” e “Identitas II” han sido desarrolladas durante este último año desde la capital zaragozana, y han permitido llevar a prisión a los integrantes de dos grupos especializados en la caracterización de sus miembros para acceder a las sucursales bancarias y extraer el dinero de las cuentas.
Para ello previamente se habían hecho con documentos de identidad comprados en el mercado negro y provenientes de otros tipos delictivos como los robos o hurtos, habían elegido a sus víctimas por sus parecidos físicos con los miembros de las bandas y luego, a través de engaño y de una minuciosa ingeniería social, acudían a la entidad financiera y extraían los ahorros de los propietarios de los documentos.
Estas dos operaciones comenzaron en Zaragoza y el trascurso de la investigación llevó a los integrantes del grupo de delincuencia itinerante a culminar sendas operaciones en la Comunidad Valenciana y Andalucía respectivamente, poniendo en valor, una vez más la dedicación, vocación y entrega de nuestros agentes.
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