El Gobierno de Aragón alerta en las alegaciones al Plan Hidrológico del Ebro de que la reducción en las dotaciones de regadíos puede poner el riesgo el sector agroalimentario aragonés
El documento, coordinador por el Instituto Aragonés del Agua, exige que se active el diálogo con todos los implicados
Reclama que se contemplen nuevos regadíos y pide revisar los criterios de unas “subestimadas” dotaciones, que se reducen entre un 12% y un 15%
El Gobierno de Aragón, a través del Instituto Aragonés del Agua, ha presentado ya las alegaciones a los documentos con los que se da inicio al proceso de Planificación Hidrológica de cuarto ciclo (2028-2033) de la Demarcación Hidrográfica de la Cuenca del Ebro, en las que exige que se active el diálogo con todos los implicados, reclama la posibilidad de contemplar nuevos regadíos y alerta sobre la reducción de las dotaciones de regadíos, que pueden comprometer y poner en peligro en sector agroalimentario aragonés.
El consejero de Medio Ambiente y Turismo, Manuel Blasco; el director gerente del Instituto Aragonés del Agua, Luis Estaún; y el director general de Desarrollo Rural del Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación, José Manuel Cruz, han presentado hoy estas alegaciones.
«Detectamos una clara falta de diálogo con el sector y echamos en falta una visión integral de la agricultura en el futuro. Creemos que el documento inicial va en contra de los intereses de Aragón ya que se reduce la dotación de los riegos, lo que va en contra de los intereses de los regantes y de los ciudadanos en general», ha explicado el consejero. «Además, quiero recordar que hay tres grandes obras, Yesa, Mularroya y Almudévar, que siguen sin estar puestas en servicio. Para Aragón la regulación del agua es un asunto capital», ha añadido el consejero. La petición concreta de nuevas obras de regulación se planteará en las siguientes fases de la tramitación del plan.
El documento, elaborado por los departamentos de Medio Ambiente y Turismo; y Agricultura, Ganadería y Alimentación, responde a la publicación en el BOE el pasado mes de diciembre de la resolución de la Dirección General del Agua del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de iniciar el periodo de consulta e información pública de los Documentos Iniciales del proceso de Planificación Hidrológica, en el que concurren asuntos de responsabilidad y competencia del Gobierno de Aragón.
En primer lugar, el Gobierno de Aragón considera que en estos documentos iniciales no se da “una visión de futuro de la agricultura en la demarcación del Ebro”, ni se contempla la evolución de los sectores vinculados al agua, fundamentalmente el agrario y los regadíos. De hecho, las alegaciones dejan claro que para el Ejecutivo autonómico es preciso el diálogo con todos los agentes implicados, que se solicita expresamente en el documento: “El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, las comunidades autónomas del Ebro, que tienen las competencias sobre la agricultura y los regadíos, y de forma particular los usuarios”.
También se critica en las alegaciones que no hay reflexión alguna sobre el sector agrario y que no se contemplen nuevos regadíos para Aragón, dado que se considera que las necesidades de agua se reducirán, sin tener en cuenta que existe una evolución de la demanda de cultivos “que los documentos iniciales de la planificación no han considerado”, como tampoco “los impactos derivados del cambio climático en los cultivos” y “las transformaciones del sistema agroalimentario, que resultan obligadas para la adaptación”.
Según ha detallado Estaún, el documento parte de la premisa de una reducción del 5% en el uso del agua «sin tener en cuenta que existen recursos disponibles», tal y como refleja la información proporcionada por el ministerio. «Hay una falta de voluntad de poner estos recursos al servicio de la sociedad», ha asegurado el responsable del IAA.
Efectos del cambio climático
En este sentido, el documento presentado por el Gobierno de Aragón solicita específicamente que en la consideración de los efectos del cambio climático se tenga en cuenta no sólo el cambio que éste puede suponer en cuanto a las necesidades de agua, sino también en lo relativo a la distribución de cultivos, las variaciones en la ocupación temporal de los mismos y la implantación de nuevos cultivos.
También se reclama en las alegaciones que no se descarte el aumento de la capacidad de agua en la cuenca, dado que, existiendo el recurso, su reto es “hacer convivir el necesario buen estado de las masas de agua y la adecuada atención a la agricultura y a las necesidades de otros usuarios del agua”.
En lo que se refiere concretamente a las dotaciones para el riego, el estudio que se realiza en los documentos previos propone unos valores que suponen una reducción generalizada respecto del anterior ciclo de planificación, de modo que, para las zonas regables de Aragón, las reducciones están entre el 12% y el 15%, un descenso «inaceptable para el Departamento de Agricultura», tal y como ha explicado Cruz, que ha recordado que «el sector agroalimentario supone el 15% del PIB aragonés».
“Comprometer el futuro del sector agrario a través de la reducción de las dotaciones en todos los sistemas de riego de la cuenca del Ebro, no es razonable. Máxime en una cuenca con abundancia relativa en España”, se detalla en el texto de las alegaciones.
Por este motivo, ha explicado el director general de Desarrollo Rural, el Gobierno de Aragón pide “un modelo flexible” y alerta de que con el modelo de foto fija que se plantea habrá años en los que se aumentará la posibilidad de fallo de las cosechas y los agricultores que han invertido en modernización de sus explotaciones verán cómo se pone en riesgo su viabilidad.
El Gobierno de Aragón reclama que se realicen estas previsiones teniendo en cuenta la tendencia climática del pasado para proyectarla hacia el futuro para calcular “dotaciones realistas”, verificar el cálculo de la evopotranspiración, usar la pedregosidad y la profundidad del suelo en el cálculo del agua disponible total, considerar el drenaje en la simulación de los flujos de agua en el suelo, revisar datos como la precipitación efectiva, la humedad del suelo, la eficiencia de riego en parcela, los efectos de las dobles cosechas y el análisis de incertidumbre y de cambio climático.
De hecho, en lo que se refiere a este último punto, los incrementos medios de las necesidades de agua de los cultivos para 2045 son de entre un 6 y un 11% respecto de la situación actual. Sin embargo, los cálculos de la actualización de las dotaciones no se han hecho con los datos de la situación actual, sino con la serie temporal 1980 – 2018.
“Utilizar esta serie temporal para representar el punto de partida de la aplicación de las dotaciones no refleja el aumento en las necesidades de agua observado de manera particularmente intensa en los últimos años 23, 24 y 25”, se detalla. Por tanto, concluyen las alegaciones, “las dotaciones que resultan de este estudio están subestimadas”.
Fuente: Gobierno de Aragón.