Mayte Ortiz: «En una escuela, como en la vida, todo educa”

Mayte Ortiz
Directora de la Fundación SM
Con la presencia de más de 600 profesionales, el I Congreso de Educación Marianista en España, celebrado en Zaragoza del 30 de junio al 2 de julio, ha sido un punto de inflexión para reflexionar, compartir y proyectar el futuro de una educación integral y humanista.
Hablamos con Mayte Ortiz, directora de la Fundación SM, para conocer el balance de este encuentro y profundizar en los desafíos, aprendizajes y compromisos que nacen de estas tres jornadas transformadoras.
Este ha sido el primer Congreso de Educación Marianista en España. Desde la Fundación SM, ¿qué balance hacéis de estas tres jornadas?
Muy positiva. Primero porque ha sido la constatación del espíritu de familia que tenemos los Marianistas, independientemente de cualquier plataforma en la que estamos trabajando. Unos están en la red de colegios (20 colegios Marianistas), otros están en la parte editorial y la tercera pata es la fundación, que llevamos los programas y los fines allí donde hay más necesidad.
Otro aspecto es la pasión por formarse para ofrecer lo mejor a nuestro alumnado, independientemente de donde estemos.Para que esos niños tengan lo mejor y podamos personalizar y atender a cada uno individualmente, nos tenemos que formar. Esto es una actualización continua, hemos hecho investigaciones, hemos traído ponentes, aprendemos unos de otros…
Y otro aspecto muy importante es que creemos firmemente en la educación integral donde todas las dimensiones de la persona son importantes y que aprendemos en relación, en relación con otros, en relación a la relación alumno alumno, alumno profesor, alumno familia… Entonces el congreso ha sido encarnar de alguna manera todo el trabajo que se lleva haciendo durante muchos años en distintas plataformas.
Has hablado del acompañamiento integral. ¿En qué se nota, en el día a día de los centros, ese enfoque del cuidado integral del alumno del que habláis?
Para nosotros todo lo que hacemos se ampara en la ética del cuidado. Buscamos el bien común, es decir, todo lo que nosotros ofrecemos en los colegios, en nuestros materiales, en la fundación siempre se ampara bajo el lema de “cuidamos la educación”. Esto quiere decir que no hablamos en general del alumnado, no hablamos en general de las familias, sino que ponemos nombre y apellidos a cada una de las personas que nos dirigimos y a cada una de las personas que forman la comunidad educativa.
Para nosotros es igual de importante el docente que está el día a día en el aula como el educador que es el que abre la puerta, el que cuida el jardín, el que atiende las matrículas… Todos educamos porque, en realidad, en una escuela, como en la vida, todo educa. Y nosotros en este tipo de formaciones no dejamos a nadie fuera.
Y también hay un lema muy importante para nosotros que es: nadie se queda atrás. Nosotros entendemos el éxito bajo el prisma de la equidad educativa; que cada niño y niña reciba lo que necesita para no quedarse atrás.
Has señalado que este tipo de espacios son clave para anticiparse a los desafíos del mañana y comprometerse con el desarrollo de niños, niñas y jóvenes. ¿Qué retos educativos te parecen hoy más urgentes?
El reto educativo más urgente para mí es que los niños y las niñas recuperen la alegría y el bienestar necesario para aprender. En este momento, estamos pasando por una gran diversidad y la sociedad tiene la necesidad de contar con referentes para que todo el mundo se sienta acogido. Antes era todo mucho más uniforme o al menos eso pensábamos en educación.
Sin embargo, ahora nos damos cuenta que tenemos que atender a la diversidad, a las necesidades concretas, especialmente en un contexto donde vemos que los niños, las niñas, los jóvenes y las familias, tienen un estado emocional que no es el mejor para aprender. Esto es un reto por nuestra parte ya que tenemos que conseguir que el clima de aprendizaje sea el mejor para poder conseguir que los niños den lo mejor de sí.
El congreso ha abordado cuestiones como la salud mental, el impacto de la inteligencia artificial o el estrés digital. ¿Qué papel crees que debe jugar la escuela frente a estos retos?
Estos desafíos que ahora parece que nos sobrepasan, en realidad, todos tienen una base en común y es que, en el centro, tiene que estar la persona. Debemos hablar de una tecnología humanizada, de una inteligencia artificial que se ampara en la ética del cuidado y ese es el gran desafío que tenemos ahora. porque es necesario formar a personas que actúan bajo ese prisma del cuidado.
Nos puede parecer que son más complejos pero son igual de difíciles que los que se pudieron encontrar hace más de 2 siglos. Sin embargo, cuando formamos a personas que tienen referente, tienen un proyecto educativo claro, tienen una formación integral, van a poder afrontar mucho mejor y van a tener más herramientas para poder afrontar los retos que vaya trayendo la vida.
¿Qué experiencias educativas compartidas durante el congreso te han parecido especialmente inspiradoras o replicables?
Por un lado han estado los expertos aportando lo último de los estudios, de las investigaciones, las nuevas metodologías, poniéndonos al día de lo último…,Pero luego ha resultado interesantísimo que cada colegio ha trabajado con cada uno de estos expertos aportando a esa parte teórica la práctica de cada día.
Cualquiera de las 20 experiencias que se han abordado ha sido enriquecedora. Por ejemplo, una era cómo trabajar la comunicación desde todas las áreas y han presentado un proyecto de música donde los niños aprenden a comunicarse a través de la música, de la voz, en el aula. Otros proyectos han abordado la necesidad de la relación del tutor con las familias, cómo trabajar con las familias para tener un mismo objetivo. Otros han trabajado sobre qué nos dice la neurociencia y cómo aterrizamos eso en el aula con prácticas concretas.
Por eso me resulta difícil elegir solo una experiencia. Lo bonito de esto es lo que ha entendido cada escuela y cómo lo ha traducido para transformar, al menos un poquito, lo que venía haciendo hasta ahora.
El congreso ha reunido a más de 600 profesionales de toda España. ¿Qué frutos esperáis que dé, a nivel de colaboración entre centros, este primer Congreso de Educación Marianista?
El primero ya lo ha dado. Esto ha sido una siembra que esperábamos que los frutos apareciesen pronto, pero es que hay frutos que ya nos llevamos hoy.
Hay una una colaboración estrechísima entre todas las casi 700 personas que estamos aquí y otras muchísimas que nos han seguido por streaming o no han podido estar presentes. Ya tenemos vínculo, esa fortaleza, esas ganas de trabajar juntos y de compartir haciendo codocencia es el primer fruto.
El lema del congreso es ‘juntos cuidamos el futuro’, por lo tanto, lo siguiente es ser capaces de juntarnos, de cuidarnos unos a otros, acompañarnos para saber que entre todos podemos. La educación no es de estrellas, la educación va de comunidad, de gente que cree firmemente en un propósito y quiere trabajar con otros para conseguirlo.
Redacción AEA / Julia Z.