Myriam Monterde Maldonado: «La cultura en Aragón posee un enorme potencial como motor económico, social y territorial»

Myriam Monterde Maldonado
Gerente de Arte por Cuatro y vicepresidenta de ARAME
Myriam Monterde, gerente de Arte por Cuatro y vicepresidenta de ARAME, defiende la cultura como motor de desarrollo y transformación social. Con una trayectoria consolidada en la gestión cultural, apuesta por el liderazgo colaborativo, el patrimonio como eje de identidad y el empoderamiento femenino en el ámbito empresarial.
Usted es gerente de Arte por Cuatro, una empresa con una sólida trayectoria en el sector cultural. ¿Cómo definiría el trabajo que realizan y cuál ha sido su evolución en estos años?
Arte por Cuatro nace en el año 2009 como resultado de una trayectoria profesional vinculada a la gestión cultural, la coordinación técnica de exposiciones y la puesta en valor del patrimonio. Su misión es clara: diseñar y ejecutar proyectos culturales que contribuyan al desarrollo territorial y empresarial, a través de la activación del patrimonio artístico, natural, industrial y turístico.
A lo largo de estos años, he colaborado con instituciones públicas, museos, ayuntamientos y entidades privadas, desarrollando proyectos expositivos, programas educativos y estrategias culturales que fortalecen la identidad y el tejido social del territorio.
¿Qué tipo de proyectos desarrolla actualmente la empresa y qué áreas culturales abarca su actividad?
Actualmente, en Arte por Cuatro desarrollamos proyectos centrados en la coordinación de propuestas expositivas y editoriales principalmente y en su difusión con actividades educativas para centros escolares; en general programaciones culturales en colaboración con instituciones públicas y entidades privadas.
Trabajamos especialmente en la puesta en valor del patrimonio, la mediación cultural, y la creación de experiencias que conecten a las personas con el arte y la historia de su entorno.
Recientemente hemos trabajado en la coordinación del montaje de la propuesta expositiva recientemente inaugurada de los bienes recuperados del Real Monasterio de Santa María de Sijena que ha reabierto sus puertas al público tras dos años de obras y reformas del Gobierno de Aragón. También la muestra del Palacio de la Aljafería (Cortes de Aragón), “Goya, del Museo al Palacio”, con los lienzos y grabados de Francisco de Goya y sus antecedentes del Museo de Zaragoza. O la exposición ‘Cerebro(s)’ primero inaugurada en el Centro de Historias (Ayuntamiento de Zaragoza) y este mes en la Casa de la Ciencia del CSIC en Sevilla. La exhibición, compuesta por 150 piezas, explora a nivel filosófico, científico y artístico los misterios de este órgano a lo largo de la historia.
Desde su experiencia, ¿qué lugar ocupa la cultura en el tejido empresarial aragonés? ¿Cree que está suficientemente reconocida como motor económico y social?
La cultura en Aragón posee un enorme potencial como motor económico, social y territorial. Nuestra comunidad es muy rica en patrimonio cultural y natural, tierra de numerosas culturas, y por consiguiente de numerosos espacios expositivos, museos y centros culturales; aunque personalmente en general todavía no ocupan el lugar estratégico que merece dentro del tejido empresarial.
En los últimos años se han dado pasos importantes para visibilizar su contribución al desarrollo. Como leí hace poco: “Gastar en cultura es invertir en futuro”, así que hay que continuar enfrentándose a retos estructurales como las inversiones, profesionalización del sector y, sobre todo, la falta de integración real de la cultura en las agendas económicas y empresariales. La cultura es un valor básico, identidad de todos.
Desde mi experiencia al frente de proyectos culturales vinculados al territorio, puedo afirmar que la cultura tiene un potencial enorme como motor de desarrollo económico y social, es capaz de generar empleo (artistas, diseñadores, transportistas, seguros, nuevas tecnologías, montadores, carpinteros, herreros, imprentas, guías turísticos, mediadores….) activa economía locales, atrae turismo de calidad y fomenta la innovación. No obstante, para que esto se traduzca en un verdadero impacto a largo plazo, es necesario un cambio de mentalidad: debemos dejar de ver la cultura como un complemento y entenderla como un recurso estratégico transversal, tanto en lo económico como en lo social.
Afortunadamente, cada vez más empresas e instituciones en Aragón están entendiendo que apoyar y colaborar con iniciativas culturales no solo mejora su compromiso social, sino que también fortalece su vinculación con el entorno y genera valor compartido.
¿Cuáles han sido los principales desafíos que ha enfrentado como gestora cultural y empresaria en este ámbito?
El camino ha sido largo y, sin duda, duro y difícil en muchos momentos. Emprender y hacer realidad proyectos culturales siempre presenta obstáculos: desde encontrar los recursos necesarios hasta lograr que el proyecto salga y que se reconozca la importancia de lo que hacemos.
Pero, a pesar de los desafíos, la satisfacción que reporta el trabajo bien hecho es grande. Cuando ves que la gente valora y disfruta lo que has creado. Un momento muy especial es ver cómo el público responde al visitar nuestras exposiciones, al leer nuestras guías y catálogos, y cómo los escolares interactúan con las actividades y guías, libros y videos didácticas. Esos momentos son los que hacen que todo el esfuerzo valga la pena.
¿Cómo ha cambiado su forma de liderar desde que comenzó en este sector hasta ahora?
Al principio, cuando empecé en el sector cultural, mi enfoque de liderazgo era más individualista. Con el tiempo, me he dado cuenta de que el trabajo en equipo y la colaboración son clave. El liderazgo, sobre todo en proyectos culturales, no puede ser solo una cuestión de tomar decisiones, sino de escuchar, involucrar y empoderar a las personas que te rodean.
Hoy en día, mi enfoque de liderazgo y de producción y coordinación es más colectivo y participativo. He aprendido a delegar más, a confiar en mi equipo, al frente con Sara Arruga y a buscar las sinergias entre todos los implicados en un proyecto. También he descubierto la importancia de ser flexible y adaptable, ya que el sector cultural, por su propia naturaleza, está lleno de imprevistos. No todo se puede planificar al detalle.
Además, he comenzado a dar más importancia a la gestión emocional. No solo se trata de coordinar tareas, sino también de apoyar a las personas, motivarlas y crear un ambiente de trabajo donde todos se sientan valorados y conectados con el propósito del proyecto.
Actualmente es vicepresidenta de ARAME. ¿Qué significa para usted formar parte de esta asociación y qué le impulsó a implicarse de forma activa?
Desde asociaciones como ARAME, donde desde el 2014 soy vicepresidenta, trabajamos para visibilizar el papel de las mujeres empresarias, profesionales, directivas y gerentes de todos los sectores incluido el de la gestión cultural, reforzando su liderazgo y capacidad de impacto en el entorno económico.
Esta asociación representa una plataforma esencial para visibilizar el talento femenino en el ámbito empresarial y para fomentar la colaboración entre mujeres emprendedoras y profesionales.
Mi implicación activa en ARAME nace desde que 2010 me concedieron el VIII Premio Mujeres Empresarias de Aragón a la Creatividad Empresarial
y con ello junto con mi convicción de que la igualdad de oportunidades y el empoderamiento femenino creí que son esenciales para una sociedad más equitativa y para un desarrollo empresarial más inclusivo. ARAME no solo ofrece formación y asesoramiento, sino que también crea un espacio donde las mujeres pueden conectar, compartir experiencias y apoyarse mutuamente. Esa red de apoyo y colaboración es clave para el crecimiento personal y profesional.
Además, me ha motivado profundamente la posibilidad de trabajar juntas para abrir puertas y romper barreras en el mundo empresarial, y especialmente en el sector cultural. En mi rol, busco contribuir con mi experiencia y conocimientos para fomentar una mayor participación de las mujeres en proyectos que generen impacto social y económico.
¿Qué acciones destacaría de ARAME en los últimos años para apoyar a las mujeres empresarias y profesionales en Aragón?
ARAME ha consolidado su papel como referente en el apoyo a las mujeres empresarias y profesionales en Aragón a través de diversas iniciativas. Entre las más destacadas se encuentran:
-Formaciones especializadas: Se han organizado talleres prácticos, como el reciente sobre WhatsApp Business y Comunidades, impartido por Elisa Pelayo, que permitió a las participantes optimizar su comunicación digital y fidelizar a sus clientes de manera efectiva.
-Encuentros mensuales de networking que funcionan muy bien ofreciendo un espacio para que las socias compartan experiencias, establezcan conexiones y colaboren en proyectos conjuntos, fortaleciendo así la red de apoyo entre mujeres empresarias.
-Participación en la VI Cumbre FEDEPE 2025: ARAME ha sido una de las entidades organizadoras de este evento, que reunió a líderes empresariales y políticas para debatir sobre temas clave como la industria, la tecnología, la ética y el liderazgo femenino, consolidando a Zaragoza como epicentro del liderazgo empresarial femenino.
¿Qué cree que aún falta por hacer para que el liderazgo femenino tenga mayor peso y visibilidad en todos los sectores?
A pesar de los avances que hemos logrado en los últimos años, aún queda un largo camino por recorrer para que el liderazgo femenino tenga el peso y la visibilidad que realmente merece en todos los sectores. Uno de los aspectos clave es romper las barreras culturales y los estereotipos que aún asocian el liderazgo con características tradicionalmente masculinas.
Otro punto fundamental es la visibilidad. Aunque cada vez son más las mujeres en puestos clave, muchas veces no reciben el mismo nivel de reconocimiento.
Además, creo que es esencial fomentar la conciliación entre la vida laboral y personal, un tema que sigue siendo una barrera importante para muchas mujeres que aspiramos a compaginar nuestras carreras con otras responsabilidades. Las políticas de igualdad deben ir más allá de las leyes y convertirse en prácticas efectivas en el día a día de las empresas.
En su opinión, ¿cómo pueden las redes de mujeres empresarias contribuir a transformar la cultura empresarial y fomentar una economía más igualitaria?
Es fundamental seguir promoviendo redes de apoyo, como las que ofrecemos en ARAME. Las mujeres necesitamos apoyarnos mutuamente, aprender unas de otras y crear conexiones que nos fortalezcan para seguir avanzando.
Las redes de mujeres empresarias son fundamentales para transformar la cultura empresarial, ya que nos permiten colaborar, apoyarnos mutuamente y compartir recursos. Al hacerlo, rompemos barreras y mostramos que el liderazgo inclusivo y colaborativo es igual de efectivo que el tradicional. Además, estas redes brindan acceso a formación y financiación, lo que permite a más mujeres desarrollar sus proyectos y alcanzar puestos de decisión. También, estas redes contribuyen a crear una economía más igualitaria, donde el talento y el mérito sean los principales factores de éxito, independientemente del género.
¿Qué próximos proyectos tiene en marcha desde Arte por Cuatro en el ámbito de la cultura y la gestión?
Desde Arte por Cuatro, actualmente estamos desarrollando una serie de proyectos culturales. Entre ellos destacan, la renovación de algunas salas museográficas en el Monasterio de San Juan de la Peña, diversas coordinaciones de exposiciones temporales y una exposición itinerante que recorrerá diferentes localidades. Así como un nuevo proyecto educativo de Goya para Fundación Goya donde hacemos material educativo que facilite el acceso al conocimiento artístico y cultural, especialmente dirigidos a los más pequeños para fomentar su interés y participación en el ámbito cultural.
En general distintas colaboraciones con instituciones y entidades privadas, con museos, centros culturales y asociaciones para llevar a cabo proyectos conjuntos que enriquezcan la oferta cultural y promuevan la colaboración entre diferentes agentes del sector.
Y para terminar: ¿qué mensaje le gustaría trasladar a otras mujeres que se están planteando emprender o liderar proyectos en sectores tradicionalmente inestables como el cultural?
Les diría que no se dejen frenar por la incertidumbre. Emprender en el ámbito cultural no es fácil: exige esfuerzo, constancia y mucha pasión. Pero también es profundamente gratificante.
Que no se asusten si al principio todo parece cuesta arriba. Cuando empecé con Arte por Cuatro, lo hice con mucha ilusión, pero también con muchas dudas y muy pocos recursos. Hubo momentos duros, de incertidumbre total, donde era más fácil rendirse que seguir. Mi consejo es que confíen en su talento, que busquen alianzas, que no teman a equivocarse y que celebren cada pequeño logro. No hace falta tenerlo todo claro para empezar, lo importante es dar el paso.
Emprender en cultura es resistir y creer. Si tienes una idea, lánzate. No esperes a tenerlo todo resuelto, porque ese momento ideal no existe. Empieza con lo que tengas y confía en el camino.