Tras más de 18 años de reivindicaciones y trabajo, el colectivo de fisioterapeutas de educación del Gobierno de Aragón ha logrado un hito histórico: el reconocimiento oficial de sus competencias mediante la aprobación de sus funciones. Esta medida, recientemente publicada, supone un avance fundamental en la regulación de esta figura dentro del ámbito educativo.
Desde hace años, los fisioterapeutas educativos han reclamado la necesidad de establecer un marco normativo que clarificara su labor, diferenciándola de la fisioterapia clínica y definiendo sus funciones específicas en el contexto escolar. Gracias a las reivindicaciones del colectivo de fisioterapeutas en educación, y el apoyo de los sindicatos y del Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Aragón, se ha conseguido formalizar este reconocimiento, que permitirá consolidar una línea de trabajo inclusiva y homogénea en los centros educativos de la comunidad. “Ese reconocimiento es un paso fundamental en la consolidación de la fisioterapia en el ámbito educativo, garantizando que los profesionales puedan desarrollar su labor con una estructura clara y una mayor visibilidad dentro del sistema educativo aragonés”, destaca María Sango, coordinadora de la sección fisioterapia en educación del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Aragón.
Hasta ahora, aunque los fisioterapeutas que trabajan en educación tenían claras sus funciones, no existía una regulación que garantizara su reconocimiento ni que facilitara su integración en el equipo multidisciplinar de los centros. Con esta aprobación, se establecen unas bases sólidas para que el resto de profesionales educativos comprendan su papel y se asegure la continuidad de su labor en futuras incorporaciones.
El reconocimiento en Aragón sigue el camino marcado por otras comunidades como Cataluña, Valencia y Navarra, donde la figura del fisioterapeuta educativo ya estaba definida. En la actualidad, alrededor de 60 fisioterapeutas trabajan en centros escolares aragoneses: 40 de ellos en plazas creadas dentro de la administración y otros 20 a través de contratos programa que se renuevan anualmente según las necesidades de los centros. De hecho, a pesar de este importante logro, el colectivo de fisioterapeutas educativos continuará trabajando para mejorar sus condiciones laborales dentro de la administración pública. “La mayoría de los fisioterapeutas son interinos y muchos desempeñan su labor en plazas itinerantes, enfrentándose a dificultades para el reconocimiento de sus itinerancias y la correspondiente compensación económica”, anota María Sango.
Fuente: Haiku Comunicación
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